*POV Lauren
Después de que Camila subió, volví al sofá, en donde intenté prestarle atención al televisor, pero era muy tentador estar en la misma casa que la chica a la que besé la noche anterior.
Para no hacer ninguna bobada decidí salir de casa, caminé hasta el bar al que normalmente Keaton, y mis otros amigos visitan.
CeCe: creí que nunca aparecerías. Papá y mamá te dejaron salir?
-cállate.
Un tiempo después ya estaba sobre el efecto del tabaco, por insistencia de mis amigos, me cuerpo débil, mi mente sin ninguna reacción.
Llegué tarde a casa, mesclé algunas bebidas con drogas en el club, no sabia ni mi nombre, cuando abrieron la puerta.
Camila: Lauren, casi matas a todo el mundo de la preocupación. -habló una chica con los ojos de color chocolate-
-precaución?
Opa... me balanceé un poco, mi visión estaba distorsionada.
Camila: qué precaución chica? -habló, siguiéndome- eres una idiota.
-no, yo soy una mujer.
Camila: ay mi Dios. -ahora yo soy Dios? Esta mujer no se decide- te voy a preparar un café.
-sólo para mi? Muchas gracias!
Ella no respondió, se fue a la cocina, con mis piernas enredadas la seguí.
-hey mal educada. -me sujeté en la mesa- deberías de decir de nada.
Camila: y tú deberías de tener vergüenza en la cara.
-yo tengo una espinilla, sirve? Será que si yo me subo en la mesa, toco el techo?
Camila: no, no lo tocas. Porqué mejor no te sientas y... -miró la cocina- ...juegas con esto. -me dio unos palitos para diente-
-está bien. -me senté- hola, yo soy un palitonildo. -afiné mi voz- vamos a pasear al parque? -sujeté dos palitos en pie y me quedé jugando, hasta que la niña trajo una taza con algo dentro-
Camila: tomate esto. -colocó la taza frente a mi e intentó quitarme los palitos, pero yo hice un berrinche-
-palitos, palitos, MIS palitos. -los tomé todos y los alejé de ella-
Camila: lo que sea. Tomate luego esa droga de café.
-que feo, le voy a contar a mi mamá que tú me quieres dar droga. -coloqué los palitos en mi bolsillo-
Camila: como si necesitaras más. Bebe rápido.
No me moví, moví el rostro al lado contrario de el de ella.
Camila: mira Lauren, te coloqué una pajilla aquí. -me volví, para mirar-
-una pajilla? -miré feliz- que lindo!
Camila: ahora para dejar a la pajilla feliz, necesitas beber lo que hay en esa taza. -hice lo que ella me pidió-
-Ay, me quemé. -saqué la lengua- pajilla fea, muy fea.
Boté la pajilla y coloqué mis palitos sobre la mesa, contándolos.
Uno, dos... me perdí.
Uno, dos, tres... en dónde estaba?
Uno, dos, tres, cinco, diez... listo, diez palitos.
Camila: Lauren, por favor, tomate ese café.
-todo? -ella sintió- ah, no, todo no.
Camila: entonces tómalo hasta que ya no quieras más.
-no quiero más. -me crucé de brazos y me recosté en el respaldar de la silla-