*POV Camila
Las palabras de Lauren rodaron en mi mente buena parte de la noche, por un lado quería con todas mis fuerzas creer en ellas, y por otro ya estaba harta de hacerme ilusiones. El intercambio era para ser algo único, una oportunidad de aprender cosas nuevas, de conocer personas, de aprovechar mi tiempo en Miami. Pero al contrario, todo lo que estoy haciendo es lastimándome. Más de la mitad de mi tiempo de aprendizaje lo gasté intentando conocer a Lauren, pasé viviendo por ella, prácticamente. Sé que me voy a arrepentir por no compartir tanto cuando llegue a México. Sin embargo, en contra de eso, está el hecho de que jamás pensé que me gustaría tanto alguien como me gusta la dueña de todos mis problemas. Y, en parte, eso también es algo único. Suspiré, derrotada, me levanté temprano y salí a caminar un poco, para despejarme, fui hasta la playa, distraída, miré el cielo y por unos segundos deseé estar en casa. Deseé nunca haber salido de ella. Las lagrimas brotaron en mis ojos, me senté en una piedra y me abracé, intentando contener el llanto que estaba a punto de salir. Un tiempo sola me sirvió para tomar la decisión de dejar a Lauren en manos de sus padres y pensar un poquito en mi, por lo menos estos últimos meses. Pero sabía que esa decisión estaba lejos de ser la definitiva, cuando veo aquellos ojos verdosos todos mis planes toman otro rumbo, como dicen.
En el camino de regreso mi cuerpo se congeló y me paralicé en media calle cuando vi a la última persona que quería ver. Mis manos sudaban, mi respiración se detuvo y no pude obligar a mi cuerpo a moverse. Por más que una gran alerta inundaba mi cerebro, diciéndome que corriera.
Él se fue acercando, en lo que yo me alejaba, por instinto. Inútil, lo sé. En dos pasos él estaba frente a mí.
-qué quieres? -intenté no mostrar flaqueza- ya no te bastó lo que le hiciste a Lauren? -me atrevía a desafiarlo.-
keaton: hey, muñeca, cálmate. -intentó tocarme, en lo que me desvié.- necesito un favor tuyo. -me tomó de la cintura.- tu hermanita tiene que saber que el juego aún no acabó. -susurró en mi oído, mientras yo estaba congelada, sin fuerzas para hacer nada.- pensar que ella destruyó nuestra amista por una cosilla como tú. -olió mi cuello, dejándome con asco.-
-suéltame.- pude hablar, mientras espanté un poco de miedo.- basta con eso, ya te vengaste, déjala en paz.
Keaton: creo que no, princesa. -me miró.- Lauren debió olvidarse que nadie me toma el pelo. -tocó mi mejilla.- vamos a dar una vuelta. -me llevó hacia él.-
-hacia dónde me llevas? -pregunté, intentando soltarme, ya dejando las lagrimas del miedo caer.-
Keaton: sin preguntas chica, tu voz me está cansando. -me metió dentro de un auto que estaba más adelante.- nadie saldrá lastimado si cooperas conmigo. -avisó.- sólo vamos a pasar un agradable día juntos, vamos a ver qué tan mujer es Lauren, al saber que te tengo en mis manos. -tomó el celular del bolsillo y lo tiró en mi regazo.- marca. -ordenó. Sabía a quién.-
*POV Lauren
Maldita hora en la que mi familia decidió ir a pasar el día en el zoológico, si hay algo que me irrita es el sonido irritante del teléfono y el hecho de ir a atender. Las probabilidades de que sea un pariente lejano que cree ser importante en mi vida porque me cambió el pañal hace billones de años son muchas. Coloqué el teléfono en mi oído, entonces, me di cuenta que no era nadie que yo pensaba que podía ser.
Camila: hola, puedo hablar con Lauren? -pidió directamente, antes que tuviera la oportunidad de abrir la boca. Su voz era un poco inestable.-
-soy yo. -respondí, sentándome en el brazo del sofá.-
Camila: estás bien? -preguntó, aun con aquella voz extraña.- mira, pase lo que pase, no caigas en él. -avisó, dejándome confundida, en seguida la escuché gemir del dolor, a lo que pareció el teléfono cayó.-
Mi cuerpo se paralizó.
-Camila? Háblame. Estás bien? -intenté, en un acto de desespero. La voz que continuó ciertamente no era la de ella.-
Keaton: hey "Romeo". -habló, la sangre hirvió en mis venas.- lo lamento, pero quien está con Julieta soy yo.
-Keaton, en dónde estás? Porqué estás con ella? -intenté mantener la calma, por el miedo que tenía de que ella sufriera las consecuencias.-
Keaton: paseando. Camila es una buena compañía, cuando está con la boca cerrada. -contó.-
-tu problema es conmigo, ella no tiene nada que ver. -hablé un poco exaltada.- suéltala y yo te voy a buscar.
Keaton: hm...sabes qué es, tú no eres el centro de atención, gata. -soltó una risa irónica.- y además golpearte sería muy fácil.
-qué es lo que quieres con todo esto? -me levanté, nerviosa.-
Keaton: quiero que retires la denuncia que hiciste contra mi. -mandó, con la voz firme.-
-yo lo hago. -garanticé.-
Keaton: que obediente, muy bien. -cerré la mano en un puño.- aun así, tienes que aprender a dejar de ser una niñita que se cree mucho.-gruñó.- tuviste mucha suerte al sobrevivir y aún así tuviste la audacia de ir a denunciarme. Es una pena que quién sufrirá las consecuencias sea otra persona. -y cortó.-
Temblando, nerviosa y asustada me dejé caer. Por primera vez me sentí pequeña. Sentí que era nada. Una gran mierda. Camila estaba en manos de Keaton y no hay nada que yo pueda hacer para salvarla. Mi corazón se apretó y las lagrimas comenzaron a salir. Tenía miedo. No por mi. Por ella. Tenía miedo de lo que él iba a hacer. El sólo pensar en el que le ponga un dedo encima entro en pánico. Ahora, más que nunca, estoy completamente segura que daría mi vida para impedir que él la lastime.