- Muy bien Lia, aprendes rápido -Me aplaudió la señora Blanca luego de una lectura corrida
- Gracias, me emociona muchísimo saber que lo estoy haciendo bien -Sonreí como nunca
- Y cada día será mejor cariño -Ella me miraba con amor de madre y me hacía feliz
- Después de todo un mes de trabajo no era para menos -Dije riendo y ella acompazó su risa a la mía
- Pero debo confesarte algo -Me asustó un poco aquello- Mis ojos están fallado demasiado, no sé si pueda seguir ayudándote con las cuentas -Entristecí, si no era ella, me quedaría sumida en la ignorancia
- Oh señora Blanca. Comprendo y no debe preocuparse...
- He hablado con Alejandro, él puede ayudarte con eso -"Ay no, ese hombre me intimida como nadie"
- Si... No...
- ¿No? -Preguntó confundida- Creí que estaban llevándose bien, los he visto hablar un par de veces -Claro que hablamos, él me preguntaba si había visto su loción o yo le preguntaba si necesitaba algo más
- Es que me avergüenza un poco -Justifiqué mi "no"
- No te preocupes, él es muy paciente -"Claro"
- Si señora, cuando pueda estará bien -Ya deseaba salir de esa conversación
Nos levantamos de la mesa del jardín y tomándome por el brazo se ayudó a caminar.
- Oye Lia ¿Cuándo es tu cumpleaños? -Mis ojos casi gotean
- No lo sé señora -Tuve que ser sincera
- ¿Cómo así? ¿Entonces cómo sabes que tienes 16? -Me sonrojé
- Nunca lo supe, pero contaba siempre un año luego de los fuegos artificiales de Navidad -Sonrió con tristeza
- No te preocupes, podemos pedir tus documentos -Asentí sin saber para qué me eran necesarios- Ahora vamos, que te enseñaré a cocinar la comida favorita de Alejandro
Entramos a la casa y fuimos directo a la cocina.
- No te lo había dicho pero hoy es su cumpleaños -Sonreí
- ¿Cuántos años cumple? -Me intrigada de hacía tiempo pero siempre me avergonzaba preguntar
- Veinticuatro, no es tan anciano como actúa -Reímos
- Quizá tiene más años mentales...
- Las he oído -Se paró serio en la entrada. Yo palidecí y la señora Blanca rio más fuerte- No puedo estar de cumpleaños porque hablan de mí -Sonrió un poco y miró dentro de algunas cacerolas vacías
- Es sorpresa Alejandro -Dijo coqueta la abuela- ¿Cenarás aquí o con tu novia?
- Si no les molesta...
- Aunque nos moleste ¿Cierto Lia? -Dirigieron la mirada a mí
- Si -Dije coloreandome al instante en que noté que acababa de afirmar que la señorita Karla no era de mi agrado
- A mi tampoco me agrada del todo -Rió Alejandro haciéndome sonreír
- Lo siento -Dije apenada
- Claro que no lo haces -Elevó una ceja graciosamente
- En fin, déjanos solas para poder preparar la cena...
- Puedo ayudar, por favor abuela -La abrazó por la espalda y llenó sus mejillas de besos
- Está bien, pero enseñaré a Lia -Él asintió y subió a su habitación alegando que se cambiaría de ropa
La señora comenzó a mostrarme los ingredientes de su receta.
- Es un platillo francés Lia -Decía mientras esperábamos a Alejandro
- Debe ser delicioso -Sonreí
- Lo es -Rió
Llegó Alejandro y la señora comenzó a explicarme la preparación de lo que ella llamaba en francés, pero para mi comprensión lo tradujo como "estofado de buey".
Estuvimos esperando la cocción de la carne por un rato y mientras me dijo que debía preparar una salsa para espesar el caldo final.
- El nombre de la salsa es roux y lleva mantequilla y harina -Explicó- Alejandro baja la harina por favor -Pidió y él obedeció, llevaba puesta una camiseta deportiva y unos pantalones flojos de chándal, al estirarse por la harina se vio parte de su espalda baja, bastante musculosa- Comiencen con eso mientras busco algo que me falta para el postre -Indicó la señora saliendo de la cocina
Alejandro tomó la harina y vació un poco en un tazón, después abrió el refrigerador y sacó un par de barras de mantequilla.
- Mi abuela me mata si le digo que no recuerdo como se hace esto -Utilizó su teléfono para buscar la receta, yo sólo lo observaba- Listo -Sonrió
Siguió haciendo cosas que yo no comprendía y de pronto fijó la mirada en el tazón de la harina.
- Carajo, mira esto Lia -Me acerqué hasta el tazón que estaba muy cerca de su rostro
- ¿Qué cosa? -No podía ver nada
- Justo ahí -Sopló sobre la harina y me llenó por completo la cara, reía a carcajadas mientras yo intentaba sacarme aquello de los ojos y boca
Con ambas manos intenté limpiar mi rostro y al verlas llenas de harina las pasé por su cabello.
- Oh carajo -Dijo sin dejar de reír y le seguí la risa
- Que injusto -Solté mirando el tazón con el resto de harina cerca y tomándolo para tirárselo encima
- No lo hagas, no -Pidió intentando formar una barrera con sus manos, sin lograr impedir que lo llenara por completo
- Yo no he comenzado -Dije palideciendo al ver la cara de la señora mientras Alejandro se miraba de arriba abajo
- Por Dios, que desastre -Dijo enfadada como nunca antes la oí
- Abuela...
- Abuela nada Alejandro -Soltó cortante- Se van ambos al jardín y se lavan con la manguera porque la casa no la ensucian -Estaba muriendo de la vergüenza
- Una última cosa -Dijo él serio y caminando hacia nosotras- Lia me debe el abrazo de cumpleaños -Sin darme tiempo de reaccionar me terminó de llenar de harina
- Vamos, fuera los dos -Nos empujó la señora
- ¿Viste lo que has logrado? -Se puso serio y lo creí
- Ah sido usted...
- Es broma Lia, anda ven aquí -Señaló un lugar cercano a la manguera de agua
- Pues lo de su abuela no ha sido mentira -Dije mientras me inclinaba para enjugarme la cara
- No te preocupes, ya se le pasará -Levanté la cara y lo escuché reír
- ¿Qué? ¿Qué sucede? -Dije sin poder ver mucho
- Es mejor sacudirnos nada más -Dijo aún riendo
- Ay mis ojos -Me quejé
- ¿Qué les sucede? -Paró de reír
- Arde -Daba saltitos aquí y allá sufriendo la harina dentro de mis ojos
- Ven aquí por más agua -Ya sonaba más angustiado
Con la manguera y la cara hacia arriba me ponía el agua sobre los ojos, con una mano sostenía la manguera y con la otra mi barbilla, estaba ya empapada de pies a cabeza.
- Creo que ya -Me moví un poco abriendo y cerrando los ojos
- Ahora pareces un pastel -Se rió de nuevo
- Mientras no sea el de la fiesta -Una melodiosa y no muy feliz voz de hizo escuchar
- No lo creo cariño -Dejo de reír él para cortar el chorro de agua y dirigirse a su novia
- Ni te me acerques Alejandro, necesitas un baño -Era algo molesta
- En eso estaba -Se deshizo de la camiseta y después de sacudir un poco sus pantalones entró dejándome ante la mirada furiosa de la mujerEntré a la casa cuando mi ropa se hubo secado y lejos de las miradas de las personas que acompañaban al señor Alejandro en su cumpleaños, fui a mi habitación. Eran al rededor de las 4:00 pm y se escuchaba que eran, si bien no muchas, las suficientes personas.
- Hola Lia -Se acercó la señora Blanca a mi puerta
- Hola señora -Medio sonreí
- ¿No quieres bajar un rato? -Miré a otro lado
- Me sentiría más cómoda estando aquí, si no le importa -Agaché la cabeza
- Lia, eres parte de la familia...
- No señora, por favor, me es muy incómodo, además como usted sabe no tengo buenos modales a la mesa y ni siquiera sé como comportarme -Sonrió con tristeza
- Yo no intentaba hacerte sentir mal con el regaño por la harina -Lo sabía
- No se preocupe por eso señora, prefiero quedarme aquí y practicar mi lectura -Asintió y se alejó en dirección a donde se encontraban sus familiares, supuse
Me quedé dormida por un buen rato, cuando abrí los ojos era casi la media noche y ya no se oía más ruido abajo. Caminé descalza hasta las escaleras y pude ver que en efecto la casa estaba vacía, llegué a la cocina y me serví un vaso de agua, me senté cerca de la ventana y miré al cielo, ahí estaba, como cada noche despejada, la estrella a la que el señor Alejandro solía hablarle.
- Quisiera saber que tú también me escuchas mamá -Susurré obligándome a no derramar lágrimas- Si me escuchas logra que Manu se comunique por favor -Susurré de nuevo
- ¿Quién es Manu? -Salté del banquillo y casi lanzo el vaso con agua- Ya se nos está volviendo costumbre -Sonrió
- Debo irme -Me apresuré para salir de la cocina
- No me has respondido -Tomó mi brazo suavemente
- Mi amigo...
- ¿Y dónde está? -El señor estaba un poco tomado y yo sentía una terrible repulsión
- No sé, debo irme -Zafé el brazo y me alejé un par de pasos
- Mira yo no quise ser mal educado allá afuera pero...
- No, no, no, usted no tiene por que darme explicaciones -Terminé de salir de la cocina y me siguió
- Es que no fue amable de mi parte -Se justificó de nuevo
- No importa, no espero amabilidad de todos todo el tiempo -Subí los primeros 2 escalones y me detuvo de nuevo
- Pero tampoco debes esperar desprecios de todos todo el tiempo ¿Cierto? Ni malos tratos -Asentí y subí de nuevo- Yo... Debo volver al jardín -Dijo cuando se dio cuenta de que estaba siguiéndome arriba
Regresé a mi habitación y me quedé dormida de nuevo, no sin antes llamar a Manu con la misma respuesta de los días anteriores, estaba pensando en regresar a buscarlo, no podía abandonarlo así luego de todo el apoyo que él me había brindado.

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Flores en tu pelo
Acak- ¡Arriba cariño! -Las delgadas manos de mi madre mueven mi pequeño cuerpo- Vamos, vamos Lia, no hay mucho tiempo. - ¿Mami? ¿Qué sucede? -Pregunto con el pelo sucio y enmarañado sobre mis ojos - En silencio -Susurra luego de un bajito "shh" Me toma...