Flores en tu pelo

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Durante la semana, estuvo visitándome el abogado Curie, hablamos mucho tiempo sobre todo lo que había sucedido antes de mi viaje y la forma en que operaba Andrews.

- Muy bien Elizabeth, es de mucha ayuda todo lo que hablamos esta semana. Supe por Michael que deseabas volver lo más pronto posible a México –Dijo mientras lo acompañaba a la salida

- Mis planes eran volver a más tardar en dos días, al parecer no hay ningún problema con documentos y eso.

- Me imagino, nuestro amigo Michael es muy influyente, dejando de lado eso, tengo malas noticias. Necesito tu ayuda por más tiempo, hoy es viernes –Pareció contar los días mentalmente– el miércoles tenemos la cita para que tomen tu declaración y de verdad necesito que te quedes –Parecía preocupado y sus noticias no supe si me aliviaron o entristecieron

- Yo... Es que me siento muy apenada por estar viviendo del señor Michael –Confesé

- Oh Elizabeth, sé que no tienes idea pero este hombre tiene dinero para mantener a todo tú país en su casa –Luego se rio

- Pero...

- No hay ningún pero, si quieres te vienes a mi casa –Reímos– ni siquiera es necesario que tú se lo digas, yo hablé con él ayer y me dijo que no había problema alguno

- Está bien.

Nos despedimos y entré a la casa, a seguir leyendo, así se pasaban más rápido los días. También con la compañía de Louis, era una mujer encantadora y amable.

- Señorita ¿Baja a comer? –Me pregunto cuando el reloj marcó las 3:00 pm

- Seguro, muchas gracias –Dije siguiéndola

- Preparé una ensalada y algo simple...

- No tengo problema en comer lo que sea que haya hecho, Louis, siempre cocina delicioso –Le sonreí

- Usted me agrada –Dijo riendo

- ¿Hoy no llega el señor? –Pregunté cuando me senté a comer frente a ella en la cocina

- Hasta muy tarde, como toda la semana ¿Trabaja mucho cierto?

- Demasiado ¿Le gusta lo que hace?

- Le encantaba, amaba pasar su tiempo dentro de un laboratorio, ahora lo usa como escape, entra ahí y olvida al mundo...

- ¿Escape de qué?

- De su vida señorita Elizabeth, pareciera que lo tiene todo pero no es así...

- Louis –Entró Edmond, dejándome con la enorme incógnita

- Pasa ¿Quieres comer?

- Oh no, gracias, ha venido por unos documentos que necesita...

- Buenas tardes –Apareció el señor

- Hola –Dije sonriendo y Louis se limitó a palmear su hombro mientras pasaba a su lado

- Provecho ¿Qué tal la comida?

- Deliciosa, debería quedarse a comer

- Ese "deliciosa" me ha convencido señorita Elizabeth –Reímos– No, no regreses –Dijo a Louis– yo puedo servirme –Tomo un plato y omitió la ensalada, pasó directamente a lo que yo comía– ¡Ay Dios Louis! –Dijo luego del primer bocado– Sauerbraten1, delicioso, cásate conmigo mujer –Todos reímos

- Yo encantada –Respondió la mujer

- No entiendo cómo paso mi vida comiendo en restaurantes cuando te tengo en casa –La halago