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Estaba sentada en el sofá, con las piernas dobladas, comiéndome las uñas ante una serie de suspenso. Cuando llegó a mi mente que Michael no tardaría en volver para ir en busca del disfraz. Se había tomado varios días libres en el mes, para dedicarlos a tal acción, pero como era de esperarse, los pasamos haciendo cualquier cosa, menos buscar el dichoso disfraz. Me levanté veloz y subí a arreglarme un poco.

Cabe mencionar que habían pasado tres semanas y yo estaba completamente perdida, Curie había logrado mantenerme en el país sin problemas gracias a las investigaciones que se realizaban en contra de Andrews. En el fondo lo agradecía porque no sabía cuál sería la reacción de Manu al confesarle que regresaba con las manos vacías.

- ¡Ma belle! Estoy en casa –Escuché su voz mientras, supuse, subía las escaleras

- Casi estoy lista –Dije cuando entró a la habitación y me encontró inclinada, acercándome al espejo mientras llenaba mis pestañas de mascara

- Preciosa ma belle –Besó mi mejilla

- Y tú ni hablar, con esas gafas que te sientan tan bien –Se las quitó de inmediato

- Lo olvide.

- Te ves guapísimo –Besé sus labios

- No más que tú ¿Nos vamos? –Asentí

- ¿Conduces?

- Preferiría no hacerlo, estoy algo cansado, mucho tiempo al microscopio –Caminé tras él

- Esta bien –Tomé su brazo

Subimos al auto y Edmond comenzó a conducir.

- Debemos encontrarlo porque es la siguiente semana –Comentó Michael

- Hoy es el día –Dije riendo– Por cierto ¿Dónde será? No recuerdo que me mostraras la invitación

- Es verdad, soy olvidadizo, es en un hotel de la ciudad –Se revolvió el cabello –Edmond ¿Puedes pasar cerca del Steigenberger?

- Claro –Dijo de inmediato Edmond, cambiando la dirección

- ¿Habrá mucha gente? –Pregunté

- Suele invitar a muchas personas, pero ya veremos –Edmond lo miraba intrigado a través del retrovisor– Mira, ese es –Señaló una enorme edificación, era un hotel precioso, lleno de ventanas– Está muy cerca del Alsterfleet –Señaló que por la parte trasera corría un canal

- Es precioso –Comenté

- Uno de los más bonitos de la ciudad –Me informó– Edmond, ahora debemos ir más al sur –Edmond le tendió un aparato para que le indicara al gps la dirección

- ¿A dónde iremos? –Pregunté

- Con un amigo de mi madre, es diseñador y él nos tendrá listos los atuendos... Espero –Reímos

Pronto llegamos al lugar donde se encontraba el amigo de la madre de Michael.

- Pequeño Mike –soltó enseguida el hombre

- Hola Marcelo ¿Mi madre te comento?...

- Por supuesto ¿Y esta belleza? ¿Tu nueva conquista? –Sonreí y tome su mano

- Elizabeth –Me presenté de inmediato

- Ella es Elizabeth, Marcelo –Nos presentó

- ¿Serán dos atuendos?

- Sí...

- ¿Tienen alguna idea? –Miré a Michael

- Claro –Respondió él sin tomar mucho en cuenta que yo no la tenía– quiero un excéntrico vestido amarillo pastel para Elizabeth y para mí un simple traje que combine –Pasó los dedos por un vestido rojo mientras el diseñador anotaba algo– puedes mandarme los diseños por correo en un par de días y yo te digo qué me parecen –No, no fue pregunta y me sorprendió

Flores en tu peloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora