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Pasaron tres semanas, estábamos acostumbrándonos a ese lento ritmo de vida, despertar con la luz del sol y quedarnos abrazados un rato en la cama, desayunar algo preparado por nosotros y salir a recorrer los viñedos, visitar a nuestro amigo y terminar el día mirando ese hermoso atardecer de la Toscana.

Edmond había regresado y Michael ya con su medicación parecía el de antes, sereno y poco enfadado, aunque pidió a Edmond que despidiera al resto de la seguridad.

Luego de que Edmond volviera, se encerraron de nuevo en el estudio y para variar hablaron todo en ruso, claro que no comprendía que parte de su vida debía permanecer tan oculta para mí, más tarde lo comprendí todo.

- ¿Qué harán esta tarde? –Preguntó Edmond mientras nosotros preparábamos la cena

- Visitaremos a Goretti ¿Quieres venir? –Respondió Michael

- Debo terminar un asunto, los espero aquí, además a su amigo le parece muy extraño que viva en este lugar, no queremos preguntas –Dijo volviendo la mirada a la computadora

Terminamos de cocinar, nos arreglamos un poco y emprendimos el camino en dirección a casa de nuestro anciano amigo.

Pasamos un par de horas muy divertidas con el señor Goretti, era un italiano con carisma, cualquier tema se volvía de interés y le gustaba hablarnos sobre todas las posibilidades que teníamos al vivir en esa casa.

Como a las 10:00 pm volvimos a casa, muy animados por el vino que estuvimos tomando y sonrientes porque había sido una gran velada.

- Michael, debemos hablar –Soltó Edmond nada más tenernos a la vista, no parecía estar bien

- ¿Sobré qué? –Preguntó y luego volvió a hablar en ruso, por el tono que empleó deduje que era una pregunta

- Nada de eso –Supuse que respondió a lo que Michael dijo en ruso– Es que –Se puso nervioso

- Vamos, lo que sea –Luego me miró y sentí un poco de desconfianza en su mirada

- ¿Quieres que vaya arriba? –Dije un tanto confundida y decepcionada de que me siguiera ocultando cosas

- Está bien, dilo frente a ella –Insistió ante el silencio del hombre

- Tal vez debamos sentarnos –Soltó Edmond– Lo que sucede es que al parecer atacaron a Emma –Una bomba fue lo que cayó sobre nosotros en cuanto nuestros traseros tocaron las sillas

- ¿Qué carajos estás diciendo? –Se alteró Michael, dejando la silla, y yo comencé a temblar

- Me comunicaron que Emma no aparece y su auto sigue en el estacionamiento de su edificio...

- Volaremos ahora –Soltó

- Me falta la confirmación del piloto y el permiso para volar no está listo aún –Dijo Edmond, intentando calmar la locura de Michael

- ¿Qué más saben? ¿Quién fue? –Dije nerviosa

- Hasta el momento no hay nada, las cámaras de seguridad captaron a dos hombres extraños, para ser sincero la descripción de uno de ellos me recuerda a uno de los que entraron a la casa –Tuve que agarrarme bien a la silla

- ¡Carajo! ¿Cómo no pensamos que irían sobre mi familia? –Golpeó Michael la pared

- Tranquilízate, no es nada confirmado, no quería decirte pero sé que hubiera sido tonto ocultártelo de ser verdad –No ponía siquiera atención a lo que Edmond decía, parecía estar inmerso en sus pensamientos

Flores en tu peloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora