A: Mis ratonas, ellas, que nunca dejan de leerme.
- Ya no quiero estar aquí –Susurró Kath, con lágrimas en los ojos.
- Perdón mi cielo –Pedí, como si todo hubiera sido culpa mía. Aunque en realidad me sentía culpable, pensaba en que nunca debí aceptar llevarla.
- ¿Podemos irnos ya? –Acaricié su cabello y la cargué.
- Sí, lo haremos, nos vamos –El abuelo Allard miraba la escena detrás de sus gafas.
- ¿Podemos hablar antes? –Preguntó en cuanto me vio decidida a marcharme.
- No hay nada que hacer, pero podemos –Respondí dejando a Kath en manos de su abuela.
Caminamos hasta una de las habitaciones casi vacías y él esperó unos segundos para cerrar la puerta.
- ¿Qué sucedió? –Lo que todos se preguntaban.
- Nada, nada...
- ¿Por qué decidió irse de la nada? –Estaba desconcertado– Lo vi tan feliz con la niña, sonrió como hacía tiempo que no lo veía hacerlo. Me habló de intentar recuperarte, de buscar redimir lo tonto que había sido.
- Señor Allard, no quisiera hacer de esto un problema familiar, prefiero simplemente marcharme.
- ¿Discutieron?
- Hablamos, pero él sigue siendo el mismo Michael, debo aceptar que al verlo tan feliz con Kath me replanteé la idea de dejarla pasar un tiempo con él, pero en verdad prefiero no hacerlo, él es el mismo o quizá peor... ¡Intentó manipularme! –Me miró un poco menos confundido.
- Confió en tus buenas decisiones –Me regaló un cálido abrazo y salimos de ahí.
Katheryn estaba jugando con una manzana sobre la mesa y en cuanto nos escuchó giro para mirarme, su mirada seguía siendo la de una chiquilla triste y aquello me dolía como nunca me dolió otra cosa.
- Kath, todo estará bien –Susurré a su oído.
- No, papá no está, nada está bien –Dijo molesta.
- Él te ama, pero ya lo dijo tu abuelo, tuvo que ir al trabajo –Negó.
- Mira Kath, es él al teléfono –Lo pasó su abuela.
- ¿Papi? –Preguntó ella.
- Hola Kath –Dijo él, estaba en altavoz– Me contaron que estabas un poco triste debido a mi desaparición repentina.
- Papi –Susurró ella.
- Te amo ¿Bien? Te amo demasiado, no pude despedirme porque me dolería muchísimo verte llorar, no podría.
- Papi, regresa ¿Olvidaste que viviríamos aquí para siempre? –Sollozó.
- No lo olvide, vida mía, nuestro para siempre tardará un poco en comenzar, pero te prometo que algún día estaremos ahí para siempre –Su voz se quebró un poco, la niña le dolía.
- ¿Por qué no ahora? –Insistió mi hija, llorando.
- Porque papi debe hacer algo importante, algo muy importante para que nuestro por siempre sea feliz ¿Me esperarías? –La niña dudo.
- ¿Cuánto?
- Un poco Kath, sólo un poco y te prometo que tú y yo viviremos ahí por siempre –La madre y hermana de Michael lloraban, yo me contuve lo más que pude.
- Esta bien papi, te esperaré un poco –Limpió su cara.
- Gracias mi vida –Luego colgó y Kath lloró de nuevo.
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Flores en tu pelo
Nezařaditelné- ¡Arriba cariño! -Las delgadas manos de mi madre mueven mi pequeño cuerpo- Vamos, vamos Lia, no hay mucho tiempo. - ¿Mami? ¿Qué sucede? -Pregunto con el pelo sucio y enmarañado sobre mis ojos - En silencio -Susurra luego de un bajito "shh" Me toma...