- En realidad no tengo por qué cuestionarte nada –Reafirmé lo antes dicho
- Sólo espero que no te crees ideas extrañas...
- No lo haré –Sonreí dudando sobre todo
"Claro, como no iba a pensar que podía usarme ¿De dónde me sacó? Era una golfa, claro que lo era, quizá lo sigo siendo..."
- Elizabeth ¿En qué te quedaste pensando?
- En nada, vayamos por nuestras cosas –Dije caminando delante de él
Entré a la habitación con la cabeza hecha un lio, estaba muy confundida, mis traumas me llevaban a pensar que sólo quería utilizarme, pero era bastante discreto y mi pequeña esperanza encendida por él mismo, me rogaba que le creyera, que confiara en sus palabras, de cualquier manera estaba segura de que esa noche conocería a la esposa y a partir de ahí, mis tonterías mentales sobre lo atractivo que era quedarían en un plano muy alejado.
- Pasta dental, cepillo... –Enumeré mientras mi cabeza se seguía preguntando ¿Por qué tenía otra casa?
Después bajé, con una pequeña maleta que Edmond cargó hasta el auto y lo seguí para indagar un poco.
- ¿Por qué vamos a otra casa? –Pregunté, segura de que el señor Michael no estaba cerca
- Porque ahí es donde se supone que vive, donde sus familiares creen que vive...
- ¿Por qué?
- Señorita Elizabeth, yo quisiera darte toda la información que poseo, porque al parecer esto de la otra casa te confunde bastante ¿Cierto? –Asentí– pero dicha información no pertenece a mi persona, por lo tanto debe usted preguntar directamente a Michael –Saqué aire y regresé a la casa
- ¿Todo listo? –Preguntó Michael a Edmond mientras este tomaba su maleta y un traje en su funda
- Todo listo señor, cuando digas nos vamos –Respondió él
- ¿Era cierto eso de que no me llevarías? –Apareció de la nada Louis
- Tienes el fin de semana libre querida, no quiero robarte tu tiempo...
- ¡Tonterías! No me robas nada Michael, yo quiero ayudar...
- No comiences ¿Quieres?, visita a tu familia, ve a bailar con Edmod –Rieron– o simplemente tomate un tiempo para visitar el mar, ya me las arreglare... Con la ayuda de Elizabeth –Tocó mi hombro y sonreí a Louis
Al final la mujer cedió y nosotros abordamos el auto, yo miraba por la ventana y él mantenía una animada charla con Edmond, sobre algún asunto político.
Luego de casi media hora el chofer disminuyó la velocidad y unas puertas automáticas se abrieron luego de que Edmon dijera algo por radio. En un movimiento estábamos atravesando el precioso patio frontal de una lujosa mansión, el terreno era mucho menor que la anterior casa, pero en lujo incomparable.
Caminamos hasta la entrada y esta vez fue un mayordomo quien abrió la puerta.
- Buenas noches señor, todo está como lo ordeno –Se dirigió, completamente formal, a Michael– Bienvenida –Me dijo después
- Gracias –Contestamos ambos casi al tiempo
- Perfecto, hazme favor de llevar las maletas a las habitaciones que ya indiqué y avisarle a las mucamas que desempaquen –La forma en que trataba a ese hombre era completamente lo contrario a como trataba a Edmond y Louis, con el mayordomo era demasiado seco, todo un patrón

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Flores en tu pelo
عشوائي- ¡Arriba cariño! -Las delgadas manos de mi madre mueven mi pequeño cuerpo- Vamos, vamos Lia, no hay mucho tiempo. - ¿Mami? ¿Qué sucede? -Pregunto con el pelo sucio y enmarañado sobre mis ojos - En silencio -Susurra luego de un bajito "shh" Me toma...