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(Se recomienda escuchar la canción ya que en alguna parte del escrito se hace referencia a ella.)

- ¿Tienes todo listo? –Preguntó al teléfono mientras yo empacaba las últimas cosas velozmente.

- Sí, está todo.

- Edmond ya debe estar por ti –Nada más decirlo, escuché tres golpes en la puerta y la voz de Edmond, quien decía que bajaría las maletas.

Colgué con Michael y acerqué las maletas a la puerta.

- Adelante Edmond –Dije fuerte mientras caminaba al tocador para arreglarme el maquillaje.

- ¿Lista? –Preguntó tomando las maletas.

- Sí, la nana ya está llevando a Katheryn, bajo en un minuto –Señalé que podía marcharse.

Luego me coloqué unas gafas grandes de sol y bajé directo al auto. La nana se despidió amable y comenzamos a andar en dirección al aeropuerto donde nos encontraríamos con Michael.

- ¿Y las gafas? –Dijo Edmond bromeando.

- Nada –Susurré cortante.

- ¿Qué tienes ahí? –Señaló su mejilla y yo saqué un espejo.

- No es nada –Unté más maquillaje.

- Me voy por un par de meses y ya no deseas hablarme –Dijo serio.

- No es eso, no me siento del todo bien...

- ¿Qué te pasó en la mejilla? –Insistió.

- Me di contra la puerta del baño por no encender las luces, es todo.

- ¿Ayer?

- Sí, Michael se fue muy preocupado al trabajo.

- No me comentó nada, pero parecía muy distraído –Asentí.

- ¿Qué tal tu viaje?

- Bien, pasé tiempo con mi familia, conocí gente nueva y los extrañé mucho –Sonrió a través del retrovisor.

- Nosotros a ti –Devolví la sonrisa.

- No creo que sea buena idea colocar maquillaje sobre el golpe –Volvió al tema.

- Así me siento más cómoda –Aclaré.

- ¿En verdad?

- Sí Edmond ¿Por qué mejor no me cuentas sobre tu familia? –Sonrió.

- No hay mucho que contar y ya casi llegamos al aeropuerto –Miré en dirección al lugar.

- ¿Vendrás con nosotros?

- Claro, pero creo que tomare un vuelo comercial.

- ¿En serio?

- Michael lo ordenó con el anterior guardaespaldas, no sé si la misma norma aplique para mí –Dijo elevando los hombros y acomodando el auto en el estacionamiento.

- Lo dudo –Comenté.

Nos encontramos dentro del aeropuerto y luego de todo lo necesario, abordamos, Edmond en cabina, como siempre.

- ¿Estás mareada? –Preguntó Michael de la nada.

- No, estoy bien –Acaricié el rostro de Katheryn.

Flores en tu peloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora