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El tiempo se fue volando, pasaron 3 meses desde que me pidió matrimonio y a mi percepción le parecieron un par de días.

Emma intentaba ayudarme con la organización de la boda, ya que Michael se pasaba el día en la oficina, entre montones y montones de trabajo.

- ¿Lista? –Preguntó Emma en cuanto entró al auto. Edmond y yo habíamos ido por ella hasta su edificio para que me acompañara a visitar a Marcelo, quien se había empeñado en competir con cualquiera que deseara diseñar mi vestido de novia

- Un poco nerviosa –Respondí luego saludar

- Oh cariño, es un gran paso, junto a un gran hombre –Me dedicó un simpático guiño

- Siento que el tiempo va demasiado rápido –Alegué

- Elizabeth querida, aún faltan casi diez meses para la boda ¿No se te hace demasiado? –Reímos

- Entonces nos hemos apresurado –Negó

- Para nada, el día de la boda verás que es tu sueño hecho realidad y no te arrepentirás de haber exagerado un poco con el tiempo –Reímos de nuevo

Hablamos sobre el resto de la boda y las ideas que teníamos, por supuesto que tomaba mucho en cuenta su opinión respecto a lugares y comida, era una mujer, en exceso, culta y adoraba aprender de ella.

- Oh Elizabeth, lamento mucho lo que sucedió ayer con mi madre, en realidad no quería hablar de ello pero me siento con la obligación moral de disculparme –Comenzó la conversación que yo deseaba evitar desde que entró al auto

- No lo hagas, comprendo que no le agrado.

- Pero no debió externar que su deseo era que Michael se casara con Stephanie –Aquello dolió casi como escucharlo de la boca de Hilda

- Olvidemos eso ¿Quieres?

- Yo puedo decirte algo, Steph lleva años enamorada de Michael, pero él jamás se fijó en ella –No es que me hiciera sentir mejor, pero la tal Steph era muy odiosa

- Debe ser horrible –Dije sin realmente lamentarlo por ella

- Yo también lo creo, digo no me habría desagradado que fuese mi cuñada, porque como sabes somos amigas –Aquello fue un golpe bajo de parte de Emma– Pero mi hermano ama a una tal Elizabeth –Me hizo reír– Y ella es una gran chica –Sonrió

- En el fondo las comprendo.

- Te aseguro que si mi madre se diera el tiempo de conocerte, como lo he hecho yo, estaría encantada –Intentó mejorar el tono que había ganado la conversación

Seguimos charlando, de cierta manera ya me daba igual lo que pensara o deseara su madre, había hecho un pacto conmigo misma y ese era que si Michael deseaba estar conmigo y yo con él, nadie opacaría nuestra felicidad.

- Por cierto –Comentó, después de que la charla se volcara hacía el lugar en el que viviríamos luego de casarnos –Me encantaría que mañana me acompañaras a ver la casa.

- ¿En la que fue la celebración del cumpleaños de tu padre?

- Sí, quiero que me des tu punto de vista de algunos colores, es la casa que Michael deseaba para vivir con su familia y tú eres su familia –Dijo sonriente

- Entonces me encantaría.

Llegamos hasta el estudio de Marcelo, el hombre, quien por cierto se había vuelto un gran amigo, hizo un alboroto.

- Sabía que los diseños que te mostré serían suficientes para que me eligieras –Dijo altivo

- La verdad es que no me interesó ningún diseño que no llevara la firma de Marcelo –Dije logrando que me abrazara amigablemente

Flores en tu peloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora