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- Escúchame Kath, yo te amo –Agachó la mirada– ¿Tú me amas?

- Sí mami –Susurró.

- ¿Crees que te amo?

- Tú quieres irte.

- Te amo Kath, con todas mis fuerzas y para siempre –Se acercó a mí y enredó sus manitas en mi cuello, no pude evitar soltar algunas lágrimas.

- Vámonos Katheryn –Michael la tomó de la mano, estaba lista para irse con él luego de una ardua discusión con nuestros abogados presentes.

- ¿Puede venir mami a casa?

- Mami va a quedarse para salir con su nuevo novio. ¿Tú lo conoces? –Los ojitos de mi pequeña se inundaron, cuando Michael le señaló con la cabeza a Alejandro, quien fungía como ayudante de mi abogado.

- Eso no es verdad Kath –Acaricié su cabello y con la cabeza gacha caminó junto a él.

"Voy a darte donde más te duele" Fueron sus palabras luego de ser él quien me pidiera el divorcio. Dijo estar cansado de mis infidelidades y chantajes. Después sin más opción, lo llevó a los tribunales, abrimos un juicio por la custodia de la niña y él estaba ganando.

Para ese momento Katheryn estaba bajo su custodia, vivían en la casa de la ciudad y yo en la de las afueras. Fue uno de los peores momentos de mi vida, sentirme tan vacía y saber que probablemente perdería a mi bebé. Michael estaba cumpliendo su palabra, sin él, mi vida estaba siendo completamente miserable, más aún que cuando me maltrataba.

Le había hecho creer a las personas cercanas a nosotros que yo lo había estado engañando durante mucho tiempo y que deseaba tener a Katheryn únicamente por el dinero que él debería entregarme para ella. Incluso sus padres estaban en mi contra y los entendía, después de que Marcelo me contara la historia que corría de boca en boca.

Alejandro notó mi desaliento y me animó a acompañarlo a un restaurante cercano.

- ¿Sabes? Estoy cansada, no deseo rendirme, pero no tengo más dinero para continuar con esto y todo parece estar a su favor –Dije, alejando el plato de comida que estaba frente a mí.

- Debemos seguir, por el dinero no te preocupes, sé que él tiene suficiente para continuar toda la vida, pero mientras, podemos encontrar la manera...

- No la hay, Alejandro, hemos hablado con todas las personas que supieron que me golpeaba y ninguna desea problemas con él –Me dañaba tener que ser realista cuando mi hija estaba en el medio.

- No debes pensar así Elizabeth ¿Has notado como te miraba?

- ¿Qué más da? Me veía con odio.

- Aún te ama, hubo momentos en los que te quebraste y él parecía querer dejarlo todo e ir a ti, su abogado lo contuvo un par de veces.

- ¡Está actuando! Maldición ¿No lo notas? Lo que desea es quedar como la víctima –Me exasperé.

- ¿Y si no estuviera actuando?

- Dime ¿De qué me sirve su amor cuando está dispuesto a destrozarme?

- No lo sé –Susurró, también se estaba rindiendo.

- Me siento tan inútil –Apreté las manos contra mis ojos, no deseaba llorar de nuevo.

- Piensa en la niña, ella debe ser tu motivación.

- Lo hago cada instante ¿Sabes qué le ha dicho cuando nos despedíamos? "Mami no puede venir porque estará con su nuevo novio". Me lastima tanto ver lo que le hace –Tomó mi mano por sobre la mesa y la apretó un poco.

Flores en tu peloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora