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El vuelo inició y a decir verdad estaba bastante ansiosa, había creído que él viajaría conmigo o incluso que habría más chicas con el mismo destino, pero habló sobre encontrarlas después así que tranquilicé mi mente. Las cosas seguro estarán bien, me mentalizaba. Luego de las primeras horas, me quedé dormida.

Al llegar al aeropuerto estaba más confundida que antes, miré a todos lados, buscando a la persona que según Andrews me llevaría a mi destino.

- ¿Lila? –Preguntó una mujer que llevaba consigo un pequeño cartel con mi nombre

- Si –Mi cara formo una mueca de sonrisa nerviosa

- Alexa, un gusto –Me tendió la mano

- Un gusto –Parecía confiable

- Me contrataron para llevarte a tu destino...

- Disculpa ¿Y el resto de las chicas? –Estaba intrigada

- Algunas llegaron ayer, otras llegan mañana, todo depende del país de donde provengan –Me explico con calma mientras le indicaba a un chofer que llevara las cosas al auto

Me quedé en silencio, observando todo.

- Por cierto, nos comentó nuestro contacto –Supuse que se refería a Andrews– que tenías en tu poder documentos falsos ¿Qué nombre llevas en ellos?

- Liliana Armenta, creo –Dije intentando recordar el otro apellido

- ¿Tu nombre real es?

- Elizabeth –Respondí sin reparar en el resto

- Muy bonito –Sonrió

- Gracias –Sonreí también

- Bueno ¿Lila?

- Lia –Corregí

- Lia, perdón. Bueno Lia hemos llegado –Me señaló una casa de pinta bastante común

Bajamos y luego de decir que su trabajo llegaba hasta ahí, se despidió dejando mis maletas en manos de un hombre que creí de seguridad.

- ¿Tu eres la mexicana no?

- Si –Miré todo alrededor

- Es raro que nos lleguen de tu país –"Que amena situación" pensé con ironía

- ¿Y el resto? –Volví a preguntar

- Descansando –Me señaló el segundo piso– Llegó la mexicana –Le avisó a una mujer de unos cuarenta y tantos que estaba cómodamente sentada

- Pues ya sabes –Me distraje un segundo mirando arriba y alcancé a escuchar lo último– que suba a su habitación que es viernes y habrá mucho trabajo –"¿Qué mierda?"

- Perdone ¿Qué acaba de decir? –Dije con el habitual nudo que el miedo crea en los nervios

- Que suba a su habitación –Dijo el tipo– la llevo

- ¿Pero hoy comienzo a trabajar? Perdón es que en verdad estoy algo confundida –Me miró como quien mira a un niño perdido a mitad de una calle transitada

- Creo que eso ha dicho –Se hizo el desentendido

- ¿Me dijo su nombre?

- No –Al parecer no iba a mencionarlo– aquí está su habitación, le subo las maletas en unos minutos

- Gracias –Dije ya dentro, había 3 camas en la habitación

- Perdón, yo sólo soy el de las maletas –Aquello sonó con culpa y me causo un leve escalofrío

Flores en tu peloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora