Estuvimos un rato entre caminos de tierra y naturaleza, Michael al parecer tenía tendencia a sentirse atraído por esos lugares que involucran a la soledad con la sombra de los atardeceres.
Estaba embobada, con la mirada perdida entre los grandes campos, era el lugar en que las casas se encontraban a kilómetros unas de otras, seguro uno dormía plácidamente ahí.
- ¿Qué piensas? –Preguntó Michael cuando notó mi concentración
- Que es magnífico –Respondí sin desviar la mirada del paisaje
- Me encanta que te guste –Sentí su mano recorrer la mía
En poco tiempo llegamos a la casa, era una casa edificada con piedra, bastante imponente y de alguna manera descuidada, no era para nada el estilo de las anteriores casas que le conocí a Michael, está parecía tener alma. Estaba situada en un montículo, le daba cierta elevación con respecto del resto del terreno, el camino para llegar a ella se inclinaba conforme la casa se elevaba, rodeada de algunos árboles y hierbajos, la casa tenía varias ventanitas pequeñas y no contaba con un gran diseño exterior, lo que lograba hacerla más enigmática además el techó a cuatro aguas, cubierto de teja le daba cierto toque campirano.
- ¿Qué te parece? –Preguntó Michael intentando adivinar mi expresión
- Me encanta ¡Pero que vista! –Dije caminando alrededor de la casa para perderme en aquellos campos
- Entremos ¿Vale? Ya habrá tiempo para recorrer todo esto –Me tomó por el brazo para guiarme dentro
El interior de la casa no era tan hermoso como el exterior, estaba en su mayoría cubierta de polvo, los muebles con algunas mantas arriba para protección, a pesar de parecer una casa terriblemente descuidada, había algo en las enormes paredes de roca que se imponía, no tenía la mayor decoración pero parecía sacada de una película, entraba poca luz y todo parecía un tanto viejo.
- Elizabeth ¿Te importaría ir arriba mientras hablo con Edmond sobre el asunto? –Me pidió Michael señalando las escaleras
Asentí y subí lentamente las escaleras de roca, una a una esperando poder escuchar algo de lo que decían. Me pareció muy extraño que Michael me mandara arriba cuando el asunto me incluía bastante, ni siquiera observe el piso por pensar en lo que estarían hablando. La curiosidad fue más fuerte que mis ganas de no ser metiche, bajé suavemente las escaleras, en completo silencio y escuché voces en una habitación contigua a lo que pensé la sala de estar, me acerqué sigilosamente a la puerta y para mi sorpresa no entendía un carajo del idioma, nuevamente era ruso.
- ¿No te parece una locura? –Soltó en alemán Edmond
Michael respondió en ruso y Edmond como un poco enfadado habló de nuevo en el idioma que yo no comprendía.
- No quiero comenzar una discusión Michael, sabes que te quiero, pero piensa las cosas, no todo puede salir bien de nuevo –No tenía idea sobre lo que hablaban
- Hazlo Edmond ¿No comprendes lo que siento?
Edmond respondió en ruso.
- Hazlo por favor y evita hablar de esto con mis padres o cualquier otra persona –En cuanto escuché aquellas palabras me dirigí silenciosamente al segundo piso
El segundo piso era nada muy detallado, varias habitaciones y algunos pasillos. Bajé de nuevo, los encontré hablando sobre instalar seguridad en la casa.
- Todo esta listo belle –Acarició mi cabello– Edmond se irá ahora mismo
- Se quedan con los chicos de seguridad que llegaran en unos minutos –Soltó Edmond

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Flores en tu pelo
Random- ¡Arriba cariño! -Las delgadas manos de mi madre mueven mi pequeño cuerpo- Vamos, vamos Lia, no hay mucho tiempo. - ¿Mami? ¿Qué sucede? -Pregunto con el pelo sucio y enmarañado sobre mis ojos - En silencio -Susurra luego de un bajito "shh" Me toma...