58.-.

1.9K 151 18
                                    

Estaba un poco temerosa, no sabía cómo reaccionaría al ver a Alejandro después de tanto tiempo. La última vez que lo había visto fue cuando se casó, no, no fui invitada, simplemente como toda loca enamorada me planté fuera de la iglesia, sin ser vista por nadie. Omitiendo ese pequeño detalle, estaba segura de mi amor por Michael, pero Alejandro y yo habíamos dejado un todo inconcluso, me prometí no sentir nada, ni siquiera rencor.

Entramos al hospital y pregunté en recepción, me señalaron el piso y tomamos el elevador.

- ¿Estás bien? Pareces nerviosa –Comentó Michael, pegándose a mí cuando un par de personas más entraron al elevador.

- Sí, estoy más bien preocupada por ella –Mentí un poco.

- Estará bien –Me abrazó y besó mi frente.

Bajamos en el piso que nos había sido indicado, miré de un lado a otro, Michael me señaló por donde caminar y llegamos a la pequeña sala de espera, había un solo hombre parado a mitad del lugar, llevaba gafas, una barba de quizá varias semanas y el pelo menos revuelto de lo que recordaba. Nada más escuchar pasos, giró para mirar quién llegaba.

http://media.tumblr.com/tumblr_m63qhzF7Ge1r6a512.gif

- ¿Lia? –Preguntó un poco confuso, con esa endemoniada sonrisa que me enloquecía cuando apenas lo conocí.

- Hola –Asentí y enseguida me abrazo, omitiendo por completo la presencia de Michael, besó mi mejilla y tomó mi cara entre sus manos.

- No lo creo –Repitió varias veces.

- Él es Michael –Dije alejándome un poco de él.

- Su esposo –Agregó Michael, serio.

- Un gusto, Alejandro –Se presentó tan tranquilo como me había saludado– ¿Vienes conmigo? –Me tendió la mano, pero no la tomé simplemente asentí y señalé con la cabeza que lo seguía.

- Ya vuelvo cariño –Le dije a Michael y lo vi acomodarse en uno de los sillones.

- Estás más hermosa que nunca –Dijo mientras lo seguía, era un descarado.

- ¿Y tu esposa? –Cambié de tema, recordándole lo hijo de puta que había sido.

- En un crucero por el caribe, hemos tenido muchos problemas, nos detestamos lo suficiente como para intentar pasar el mayor tiempo posible –Giró para sonreírme.

- Lamentable –Miré al suelo.

- Era lo que debía suceder ¿No? Yo amaba a otra cuando nos casamos –"No me interesa Alejandro."

- ¿Dónde está tu abuela?

- En una de las habitaciones, ya le he avisado que venías y se emocionó, ahora que le cuentes que te has casado le dará una inmensa alegría.

- ¿Se recuperará pronto? –Apenas pude articularlo.

- No, Lia estamos esperando a que parta, en realidad... –Sus ojos se llenaron de lágrimas y puse una mano sobre su hombro.

- Entraré –Dije mirando la puerta.

Y ahí estaba, la más dulce anciana que pude conocer, postrada en una cama, con una mueca de dolor en el rostro. Apenas pude hablarle sin llorar y ella sonreía un poco y tomaba mi mano de vez en cuando.

- Sé que no nos volveremos a ver –Dijo cuando Alejandro me avisó que debía despedirme.

- No diga eso –Besé delicadamente su mejilla.

Flores en tu peloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora