Flores en tu pelo

8.-.

La tarde del día en que la señora Blanca salió rumbo a mi ciudad estaba muy tranquila y yo leía un poco un libro de historia que me había dejado el señor Alejandro. De pronto recordé que debía encargar la lista del super.

- ¿Qué haces? -Me preguntó él cuando me vio tomar el teléfono

- Voy a pedir lo del super -Dije sin soltar el teléfono

- Oh no lo hagas, será divertido ir directo al super mañana ¿No crees? -Asentí

- Me parece bien si no afecta en sus planes -Dije preocupada de que sintiera la obligación de quedarse conmigo en la casa

- Para nada Lia, en realidad mi novia está de viaje y tengo el fin de semana libre -Miré a otro lado

- Esta bien -Sonreí dejando el teléfono en su lugar- Iré arriba para seguir leyendo

-Claro, adelante, mañana por la mañana hablaremos sobre el libro y después te llevaré a desayunar fuera ¿Te parece? -Comentó sentándose en el sofá

- Me apena un poco que tenga que cargar conmigo -Dije agarrando valor

- No eres ninguna carga Lia, me agrada pasar tiempo contigo -Me miró esperando mi respuesta

- Gracias -Fue todo lo que pude decir

Después me limité a seguir mi camino de regreso a la habitación donde leí hasta quedarme dormida. Al rededor de las 12 de la noche el sonido del teléfono me despertó y enseguida pensé en Manu.

- Hola -Dije adormilada

-Lia, perdona por llamar tan tarde pero he pensado mucho y creo que también me iré de aqui...

- ¿Qué dices? -Terminé de despertar

- He tenido tantas dudas y sé que los niños se las apañarán solos, no puedo seguir hundido dejando la vida pasar -Me senté en la cama

- Manu... Yo no puedo más que apoyar tu decisión amigo -Soltó aire

- ¿No te parece demasiado egoísta? -Pregunto luego de unos segundos

- Manu dejaste tu vida muchas veces por nosotros, tal vez sea momento de que comiences a andar camino para ti -No estaba segura de que mis palabras lo ayudaban

- Debo hacerlo tal vez -Dijo y no sonaba muy seguro

- Sólo hazlo amigo, siempre puedes volver a ellos. Estoy segura de que lo haces por los niños, yo también los extraño -El sólo hecho de hablar de ellos me hacía un nudo en la garganta

- Te llamaré pronto -Dijo como despedida y colgó

Cerré los ojos con la imagen de mi pequeño Sus en soledad, sin Manu y sin mí ese pequeño tal vez sufriría.

- Lia -Un par de toquidos en la puerta me obligaron a abrir los ojos

- Ya voy -Dije con pesadez

- No te apresures, sólo quería saber si querías ir al super ahora o más tarde -Me levanté

- Ahora está bien, me parece que ya no hay nada en la alacena -Lo escuché reír

- Te espero abajo -Para cuando lo dijo ya estaba lavándome la cara

Luego de unos 20 minutos bajé para encontrarlo sentado en el sofá con un libro en las manos.

- ¿Lista? -Asentí

Fuimos hasta su auto, yo llevaba la lista del super en las manos.

- ¿Debes cargar la lista? -Preguntó casi riendo