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Michael no tardó mucho en aparecer y mirar aquella escena, sus padres abrazados, ella hecha un mar de lágrimas y él susurrando palabras tranquilizadoras a su oído. Por mi mente sólo paso un susurro "Está bien, Michael está bien".

- ¿Qué sucede? –Preguntó alertado

- ¿Y Emma? –Preguntamos casi a coro

- Está todo arreglado, Emma volverá hoy mismo.

- ¿Qué fue lo que sucedió? –Quiso saber de inmediato el padre

- Ella estará aquí en cuanto se les haya depositado algo de dinero. Quizá media hora –Dijo tranquilo

Su madre secó sus lágrimas de tristeza y tomó un poco del cuarto vaso de whisky del señor Allard. Todos teníamos aún más dudas, pero la expresión en el rostro de Michael no reflejaba la tranquilidad con la que había hablado así que nos quedamos en silencio.

- Elizabeth ¿Me acompañas? –Pidió Michael señalando algún lugar con la cabeza y lo seguí

Entramos a una de las habitaciones del segundo piso. Michael deslizó sus manos desde mis hombros hasta entrelazar sus dedos con los míos.

- Tal vez deberíamos esperar a Emma abajo –Comenté

- Te amo –Susurró mientras me apretaba contra él

- Y yo a ti, demasiado –Dije inhalando su aroma

- Tuve mucho miedo Elizabeth, por un momento creí que estaríamos muertos. El helado acero de sus armas contra mi piel... Dios, aún me eriza –Dijo y lo apreté fuerte, sintiendo como sus músculos se tensaban al recodar

- Lo lamento tanto –Dije mientras giraba un poco mi rostro para besar su mejilla

- Estaré bien –Susurró

Nos separamos un poco.

- ¿Cómo lo lograron? –Pregunté, esperando no incomodarlo

- Con ayuda de la agencia que había contratado logré comunicarme con ellos, me dieron la hora y el lugar en que nos veríamos, no sin antes poner una lista de condiciones. Al llegar al lugar nos bajaron del auto y nos revisaron de pies a cabeza, nos llevaron a punta de pistola a otro auto y supe que todo estaba perdido. Al final uno de los jefes reconoció mi nombre y nos dijo que te quería de vuelta...

- Debo hacerlo –Susurré

- ¿Qué? No, no, claro que no ma belle, yo jamás permitiría tal cosa, intenté razonar con ese hombre y aceptó una paga significativa...

- Michael –Besé su cuello y me abracé a él, con la sensación de no querer soltarle nunca más

Emma no tardó mucho en volver y contarnos todo lo sucedido.

- Sólo recuerdo que iba en dirección a mi auto, tenía una muestra e iba para allá... Para ser sincera eso es todo, luego desperté en el penthouse de un hotel, bastante lujoso para estar secuestrada, estaba amordazada y únicamente había una mujer, era asiática, me dijo que me tranquilizara, que en cuanto contactaran a mi hermano sería libre.

Obviamente contó todo aquello con la tranquilidad que le daba estar rodeada de su familia, en el fondo estaba segura de que había tenido más miedo del que aparentaba. Después de todo el miedo siempre es parte de nosotros, a veces gran parte y otras veces suelen llamarle precaución.

No quedaba mucho de la madrugada así que vimos el amanecer camino a casa. Al parecer Edmond había contactado a Louis, porque la hermosa mujer nos recibió con un desayuno de reyes.

Flores en tu peloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora