Se acercaba la navidad. Hogwarts estaba cubierto por dos metros de nieve. El lago estaba sólidamente congelado y los gemelos Weasley fueron castigados por hechizar varias bolas de nieve para que siguieran a Quirrell y lo golpearan en la parte de atrás de su turbante.
Todos estaban impacientes de que empezaran las vacaciones. Mientras que la sala común de Gryffindor y el Gran Comedor tenían las chimeneas encendidas, los pasillos, llenos de corrientes de aire, se habían vuelto helados, y un viento cruel golpeaba las ventanas de las aulas. Lo peor de todo eran las clases del profesor Snape, abajo en las mazmorras.
- Me da mucha lástima -dijo Draco, en la clase de Pociones- toda esa gente que se tendrá que quedar a pasar la Navidad en Hogwarts, porque no los quieren en sus casas.
Mientras hablaba, miraba en dirección a Harry. Theresa lo fulminó con la mirada. Era verdad que Harry no iría a casa de sus tíos por Navidad. A Theresa le hubiera gustado quedarse con él, pero también quería volver a casa y ver a sus padres. Seguramente, cenarían con los Malfoy, por lo que Theresa podría hablar seriamente con Draco sobre su amistad, o lo que sea que tuvieran.
Los cuatro amigos fueron con Hagrid al Gran Comedor. El salón estaba espectacular. Guirnaldas de muérdago y acebo colgaban de las paredes, y no menos de doce árboles de Navidad estaban distribuidos por el lugar, algunos brillando con pequeños carámbanos, otros con cientos de velas.
Hermione y Theresa habían terminado de preparar sus baúles. Fueron a buscar a los chicos al Gran Comedor, donde se encontraban jugando al ajedrez mágico. En la mesa de al lado, estaban los demás Weasley junto a Lee Jordan. Theresa se acercó a los gemelos.
- ¿No os marcháis?
- Oh, no. Nos quedamos aquí, nuestros padres han ido a visitar a Charlie a Rumanía -contestó Percy, a pesar de que no le había preguntado a él.
- Oh, bueno. Entonces nos comunicaremos por cartas. ¡Esperad mi regalo! Feliz Navidad, chicos -se despidió Theresa con la mano, pero Fred le chistó.
- ¿No se te olvida algo? -le preguntó el pelirrojo. La chica se observó de arriba a abajo. Llevaba la túnica, su uniforme, su baúl... Miró a su amigo confundida. Entonces Fred extendió los brazos y Theresa sonrió.
Se acercó a él y le dio un enorme abrazo, a pesar de que volverían a verse en dos semanas.
- Feliz Navidad, niña rebelde -le susurró Fred al oído. La chica sonrió y se separó de él.
- Feliz Navidad, zanahoria -le sacó la lengua. Les dio un beso en la mejilla a George y a Lee. Se despidió de Percy con la mano y con un abrazo de Harry y Ron.
Hermione y ella caminaron juntas hasta la entrada del castillo, donde Filch pasaba lista de todos los alumnos que volverían a casa. Draco miraba a su todavía mejor amiga reír con Hermione, una de las personas que él más detestaba en el mundo. Podría partir su propia escoba en ese instante.
Cuando ambas chicas pasaron por delante de Draco y sus gorilas, el rubio cogió de la muñeca a Theresa. Ésta lo miró sorprendida. Hermione tenía una expresión imposible de descifrar.
- ¿Qué miras? -le espetó Draco-. Vete.
Hermione parecía a punto de llorar. Theresa se soltó de su agarre.
- Ya basta, Draco. Tú no eras así, ¿qué te está pasando?
- Podemos hablar... ¿a solas? -preguntó con voz suave, que sorprendió a sus dos amigos y a Hermione. Theresa le dio una rápida mirada a su amiga y esta asintió, metiéndose en el tren. Crabbe y Goyle también se fueron.
- ¿Qué pasa?
- ¿Cenaremos juntos este año? -le preguntó, mirando sus pies.
- Mmm... supongo. No les he preguntado a mis padres -se encogió de hombros. No sabía a dónde quería llegar Draco con eso.
- Te echo de menos, Tess -susurró. Theresa pensaba que iba a desmayarse.
- Y yo a ti Draco, pero no me gusta en la persona que te estás convirtiendo.
- ¡Soy el mismo de siempre! -se alteró. Theresa retrocedió, y negó con la cabeza.
- No, no lo eres. Cuando te des cuenta, estaré aquí para ti, Draco. Pero no voy a permitir que insultes a mis amigos, porque también estarás insultándome a mí.
- Te están separando de mí -se cruzó de brazos-. ¿Ya no soy tu mejor amigo?
- Siempre vas a serlo, Draco. Pero recapacita y piensa las cosas antes de decirlas.
- Te quiero -le dijo el rubio. Probablemente la primera vez que se lo decía, Theresa dio un respingo y se abalanzó sobre él, abrazándolo.
- Te quiero, también -sonrió y se separó de él-. Nos vemos en unos días, Draco -le besó la mejilla y subió al tren, un poco sonrojada.
ESTÁS LEYENDO
treat you better;
FanfictionTheresa conocía a Draco desde que eran unos niños, se habían criado juntos. En Hogwarts, los seleccionaron para casas separadas, pero eso no frenó la amistad que se tenían, o eso creía Theresa. En su casa, conoce a Harry Potter y Fred Weasley, unos...