- Es una broma.
Era la hora de la cena. Harry había terminado de contarle a Ron y a Theresa todo lo sucedido esa misma mañana.
- ¿Buscador? -preguntó la chica-. Pero los de primer año nunca... Serías el jugador más joven en...
- Un siglo -terminó Harry, mirando embelesado a la castaña.- Wood me lo dijo.
Ron estaba tan sorprendido e impresionado que se quedó mirándolo boquiabierto.
- Tengo que empezar a entrenarme la semana que viene -dijo Harry-. Pero no se lo digáis a nadie, Wood quiere mantenerlo en secreto.
Fred y George aparecieron en el comedor, vieron a Harry y se acercaron rápidamente.
- Bien hecho -dijo George en voz baja-. Wood nos lo contó. Nosotros también estamos en el equipo. Somos golpeadores.
Luego de eso, Theresa comenzó a comer escuchando de fondo la conversación que tenían sus amigos. Cuando los gemelos estaban por irse, se despidieron de la chica revolviéndole el pelo, a lo que ésta respondió sacándoles la lengua.
Fred y George acababan de desaparecer, cuando se presentaron unos visitantes mucho menos agradables, eso era notable por la cara que pusieron sus dos amigos frente a ella. Draco apareció, flanqueado por Crabbe y Goyle.
- ¿Comiendo la última cena, Potter? ¿Cuándo coges el tren para volver con los muggles?
- Eres mucho más valiente ahora que has vuelto a tierra firme y tienes a tus amiguitos -dijo fríamente Harry.
- Nos veremos cuando quieras -dijo el rubio-. Esta noche, si quieres. Un duelo de magos. Sólo varitas, nada de contacto. ¿Qué pasa? Nunca has oído hablar de un duelo de magos, ¿verdad?
- Por supuesto que sí -dijo Ron, interviniendo-. Yo soy su segundo, ¿cuál es el tuyo?
Draco miró a Theresa expectante, pero esta negó con la cabeza y fijó su vista en su pollo.
- Crabbe -respondió entonces-. A medianoche, ¿de acuerdo? Nos encontraremos en el salón de los trofeos, nunca se cierra con llave.
Draco se fue dedicándole una última mirada a su amiga. Ron y Harry se miraron.
- ¿Qué es un duelo de magos? -preguntó Harry-. ¿Y qué quieres decir que seas mi segundo?
- Bueno, un segundo es el que se hace cargo si te matan -dijo Ron sin darle importancia-. Pero la gente sólo muere en los duelos reales, ya sabes, con magos de verdad.
- ¿Y si levanto mi varita y no sucede nada?
- La tiras y le das un puñetazo en la nariz -le sugirió Theresa, hablando por primera vez.
- Disculpad.
Los tres miraron. Era Hermione.
- ¿No se puede comer en paz en este lugar? -dijo Ron. Hermione no le hizo caso y se dirigió a Harry.
- No pude dejar de oír lo que tú y Malfoy estabais diciendo...
- No esperaba otra cosa -murmuró Ron.
- ...y no debes andar por el colegio de noche. La verdad es que es muy egoísta por tu parte.
- Y la verdad es que no es asunto tuyo -respondió Harry. Theresa lo miró sorprendida.
- Adiós -añadió Ron.
De noche, Theresa y Hermione estaban en sus camas. La primera estaba esperando la señal de los chicos para bajar. Aunque sabía perfectamente que Draco no iría al encuentro. La chica escuchó tres pisadas en la sala común y entonces bajó, poniéndose su bata y cogiendo su varita. Saludó a ambos chicos con una leve sonrisa. Ya casi habían llegado al retraro cuando una voz habló desde las escaleras.
- No puedo creer que vayas a hacer esto, Harry.
Era Hermione, con el rostro ceñudo.
- ¡Tú! -dijo Ron furioso-. ¡Vuelve a la cama!
- Vamos -dijo Harry a los chicos. Empujó el retrato de la Dama Gorda.
Hermione siguió a los chicos a través del agujero, gruñendo como una gansa enfadada.
- No os importa Gryffindor, ¿verdad? Sólo os importa lo vuestro.
- Vete.
- Muy bien, pero os he avisado. Recordad todo lo que os he dicho cuando estéis en el tren volviendo a casa mañana. Sois tan...
Pero lo que eran no lo supieron. Hermione había retrocedido hasta el retrato, para volver, y descubrió que la tela estaba vacía. Hermione estaba encerrada fuera de la torre.
- ¿Y ahora qué voy a hacer? -preguntó con tono agudo.
- Ése es tu problema -dijo Ron.
- Ven con nosotros -sugirió Theresa.
- No, no lo hará -replicó el pelirrojo.
Después de discutir por un instante, los cuatro caminaron por los pasillos. Theresa iba la última, algo distanciada del grupo. Los otros tres habían doblado una esquina, cuando la chica notó una mano en su boca y un brazo en su cintura, tirando de ella. Luego de unos minutos de angustia, la soltaron en un pasadizo.
- ¡Por Merlín! Eres un tonto, Fred -el pelirrojo no paraba de reír. Tenía lágrimas en sus mejillas. Theresa le dio un golpe en el hombro.
- ¿Qué hacías merodeando por los pasillos a estas horas, pequeño cervatillo? -bromeó el chico cuando se calmó.
- Exploraba el colegio -se encogió de hombros.
- ¿Me harías el honor de explorar el colegio conmigo? -preguntó haciendo una exagerada reverencia que hizo reír a la chica. El pelirrojo le tendió el brazo.
- Claro que sí -sonrió divertida enroscando el brazo en el suyo.
Fred le enseñó a la chica todos los pasadizos que conocía en el castillo, que no eran pocos. Theresa se extrañó de verlo sin su hermano.
- ¿Y George? -preguntó cuando iban de vuelta a la torre de Gryffindor.
- Roncando como un tronco -la miró divertido-. Escuché jaleo en la sala común y decidí bajar, cuando te vi saliendo del retrato. Debes ser más cauta, pequeña Tess.
- Gracias por sus consejos, zanahoria, pero se cuidarme sola -bromeó la chica y el pelirrojo la miró con una expresión ofendida. La castaña no podía parar de reír.
- ¿Qué me has llamado? -dijo Fred, intentando aguantar la risa.
- Zanahoria -repitió la chica, sin miedo.
- Vas a arrepentirte de esto -dijo y la cogió en brazos, poniéndola sobre su hombro, como un saco de patatas. Theresa reía y pataleaba. Llegaron a la torre de Gryffindor y la señora Gorda ya había vuelto. Ambos entraron por el hueco, Fred aún la sostenía en su hombro. Una vez dentro, la soltó en uno de los sillones. La castaña respiraba forzadamente.
- Buenas noches, Tess -le dio un beso en la cabeza y subió por las escaleras hacia los dormitorios de los chicos. Ésta se despidió de él con la mano y luego de un rato, subió a su habitación. Hermione aún no estaba allí.
Se quitó la bata y se metió en su cama con cuidado de no despertar a sus compañeras. Se durmió en un segundo.
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treat you better;
FanfictionTheresa conocía a Draco desde que eran unos niños, se habían criado juntos. En Hogwarts, los seleccionaron para casas separadas, pero eso no frenó la amistad que se tenían, o eso creía Theresa. En su casa, conoce a Harry Potter y Fred Weasley, unos...