Las semanas pasaban. Las clases se estaban haciendo más difíciles y duras que nunca, especialmente la de DCLAO. Para su sorpresa, el profesor Moody anunció que les echaría una maldición imperius por turno, tanto para mostrarles su poder como para ver si podían resistirse a sus efectos.
- Pero... pero usted dijo que eso estaba prohibido, profesor -dijo una vacilante Hermione-. Usted dijo que usarlo contra otro ser humano estaba...
- Dumbledore quiere que os enseñe cómo es -la interrumpió Moody-. Si alguno de vosotros prefiere aprenderlo del modo más duro, cuando alguien le eche la maldición para controlarlo completamente, por mí de acuerdo. Puede salir del agua.
Moody empezó a llamar por señas a los alumnos y a echarles la maldición imperius. Theresa vio como sus compañeros de clase hacían las cosas más extrañas bajo su incluencia: Dean Thomas dio tres vueltas a la pata coja cantando el himno nacional, Lavender imitó una ardilla...
- Stone -gruñó Moody-, ahora te toca a ti.
Theresa se adelantó hasta el centro del aula. Moody levantó la varita mágica, la apuntó con ella y dijo:
- ¡Imperio!
Fue una sensación maravillosa. Theresa se sintió como flotando cuando toda preocupación y todo pensamiento desaparecieron de su cabeza. Se quedó allí, inmensamente relajada, apenas consciente de que todos la miraban. Y luego oyó la voz de Ojoloco, retumbando en alguna remota región de su vacío cerebro: Salta a la mesa... salta a la mesa...
Theresa, obedientemente, flexionó las rodillas, preparada a dar el salto.
Salta a la mesa...
<Pero, ¿por qué?>
Salta a la mesa...
<No, creo que no lo haré, gracias. No, realmente no quiero...>
¡Salta! ¡Ya!
Lo siguiente que notó Theresa fue mucho dolor. Había tratado al mismo tiempo de saltar y de resistirse a saltar. El resultado había sido pegarse de cabeza contra la mesa, que se volcó, y, a juzgar por el dolor de sus piernas, fracturarse las rótulas.
- Bien, ¡por ahí va la cosa! -gruñó la voz de Moody. De pronto Theresa sintió que esa sensación de vacío desaparecía de su cabeza. El dolor de las rodillas aumentó-. ¡Mirad esto, todos vosotros... Stone se ha resistido! Se ha resistido, ¡y la condenada casi lo logra! Lo volveremos a intentar, Stone, y todos los demás prestad atención. Miradla a los ojos, ahí es donde podéis verlo. ¡Muy bien, Stone, de verdad que muy bien! ¡No les resultará fácil controlarte!
Una hora más tarde, Theresa salía cojeando del aula de Defensa Contra las Artes Oscuras, pues Moody se había empeñado en hacerle repetir cuatro veces la experiencia, hasta que logró resistirse completamente a la maldición imperius. Estaba muy contenta consigo misma.
Todos los alumnos de cuarto habían apreciado un evidente incremento en la cantidad de trabajo para aquel trimestre. La profesora McGonagall les explicó a qué se debía, cuando la clase recibió con quejas los deberes de Transformaciones que ella acababa de ponerles.
- ¡Estáis entrando en una fase muy importante de vuestra educación mágica! -declaró con ojos centellantes-. Se acercan los exámenes para el TIMO.
- ¡Pero si no tendremos el TIMO hasta el quinto curso! -objetó Dean Thomas.
- Es verdad, Thomas, pero créeme: ¡tenéis que prepararos lo más posible! Las señoritas Granger y Stone siguen siendo las únicas de la clase que han logrado convertir un erizo en un alfiletero como Dios manda.
ESTÁS LEYENDO
treat you better;
FanfictionTheresa conocía a Draco desde que eran unos niños, se habían criado juntos. En Hogwarts, los seleccionaron para casas separadas, pero eso no frenó la amistad que se tenían, o eso creía Theresa. En su casa, conoce a Harry Potter y Fred Weasley, unos...