Las semanas pasaban sin que Theresa apenas pudiera darse cuenta. Theresa se pasaba la mayoría del tiempo junto a Harry, a veces junto a Hermione, y las noches se las pasaba con Fred en la sala común, por lo que apenas tenía tiempo para dormir.
Theresa se encontraba en el Gran Comedor a la hora del desayuno, leyendo en El Profeta el artículo que Rita Skeeter había publicado sobre Harry. Se sorprendió al leer su nombre.
Finalmente, Harry ha hallado el amor en Hogwarts: Colin Creevey, su íntimo amigo, asegura que a Harry raramente se lo ve sin la compañía de una tal Theresa Stone, una muchacha de sorprendente belleza, hija del reconocido auror Maximus Stone, y que, como Harry, está entre los mejores estudiantes del colegio.
Theresa, al igual que Harry, tenía que soportar los comentarios de la gente por los pasillos, en especial de Pansy Parkinson:
- ¿De sorprendente belleza? ¿Ella? -chilló Pansy la primera vez que la tuvo cerca después de la aparición del artículo-. ¿Comparada con quién?, ¿con un primate?
- No hagas caso -dijo Theresa con gran dignidad irguiendo la cabeza y pasando elegantemente por al lado de las chicas de Slytherin-. Como si no existieran, Harry.
Harry y Ron seguían sin hablarse. Theresa y Hermione iban de uno a otro, tratando de conseguir que se volvieran a hablar, pero Harry se mantenía muy firme: sólo volvería a hablarle a Ron si éste admitía que Harry no se había presentado él mismo al Torneo y le pedía perdón por haberlo considerado mentiroso.
Los días que quedaban para la primera prueba transcurrieron tan velozmente como si alguien hubiera manipulado los relojes para que fueran a doble velocidad. Harry estaba aterrorizado.
El sábado antes de la primera prueba dieron permiso a todos los alumnos de tercero en adelante para que visitaran el pueblo de Hogsmeade. Theresa quedó en ir con Fred, George y Lee, pero se aseguró de que Harry estuviera con Hermione.
Ron también fue con Theresa, Fred, George y Lee a Hogsmeade, y en ese momento se encontraban en Las Tres Escobas. Fred insistió en invitar a Theresa a una cerveza de mantequilla, a pesar de que era la chica la que insistía en invitarlo a él.
- Fred, no seas tonto, yo puedo invitarte...
- Déjame hacerlo a mí -dijo con un puchero-. Nunca tengo detalles contigo.
Theresa lo miró con ternura. ¿Fred se preocupaba por tener detalles con ella? Draco nunca había hecho eso.
Draco, Draco, Draco.
- Está bien, Freddie, pero que sepas que no necesito que tengas detalles conmigo -dijo Theresa mientras sonreía. Fred rodó los ojos y pagó las dos cervezas para luego sentarse en la mesa junto a Ron, George y Lee. Fred le retiró la silla a Theresa para que se sentara.
- ¿Quién eres tú y qué has hecho con Fred? -dijo Ron con una sonrisa. Theresa rió.
- Estás muy raro últimamente -dijo Theresa a Fred mientras le apartaba el cabello de la frente.
- Voy a vomitar sangre de unicornio -dijo George, dando arcadas. Theresa bufó negando con la cabeza y le dio un sorbo a su cerveza de mantequilla.
Theresa se levantó el domingo por la mañana y bajó a desayunar sola. Ya iba por su cuarto cuenco de gachas de avena cuando apareció Harry, dispuesto a llevársela a dar un paseo. En los terrenos del colegio, mientras bordeaban el lago, Harry le contó sobre la prueba de los dragones y lo que le había dicho Sirius, que se había aparecido en el fuego.
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treat you better;
FanfictionTheresa conocía a Draco desde que eran unos niños, se habían criado juntos. En Hogwarts, los seleccionaron para casas separadas, pero eso no frenó la amistad que se tenían, o eso creía Theresa. En su casa, conoce a Harry Potter y Fred Weasley, unos...