Lo primero que hice al día siguiente fue buscar a Tom en la hora del descanso y contarle todo lo que pasó.
—¿Y le prometiste no contarle a nadie? —preguntó él en tono de regaño.
—¿Qué se supone que hiciera? Me tenía contra un muro...
Tom se fregó la cara con las manos y luego miró sus zapatos.
—Landa. Sabes que tenemos que hablar con la policía ¿no?
—Lo sé... pero...
Él me miró.
—¿Pero qué?
—La primera vez que hablé con el sheriff me contó de su hijo... Sonaba tan decepcionado de él... No me gustaría darle una decepción más. ¿No imaginas lo horrible que debe ser saber que tu hijo es un delincuente? Sobre todo si eres el sheriff del pueblo y la ley está en tus manos.
—Lo sé... ¿Pero qué se supone que hacemos entonces?
—Yo... no lo sé...
Tom suspiró. Luego me miró y sonrió.
—Es difícil combatir el crimen ¿no es así, jovencita?
Sonreí y lo empujé con el brazo amigablemente. Tom miró su reloj y se puso de pie.
—Me gustaría mucho quedarme contigo el resto del descanso, pero hay un lugar al que debo ir ahora...
—Está bien. Descuida...
—Te veo más tarde en el teatro.
Tom puso un mechón de cabello detrás de mi oreja y se marchó, y yo me quedé en medio del patio preguntándome a dónde tendría que ir.
En la noche, pasé por la habitación de Dane y lo encontré peinándose.
—Parece que vas a salir —dije.
—Así es. Tengo una cita.
—¿Con quién esta vez? —pregunté sentándome sobre su cama.
—Trina McMellow.
—¿Qué hay de Kim? ¿No has vuelto a salir con ella?
—No. Tú sabes que no puedo salir con la misma chica más de una vez...
—Qué lástima. Era la única que me caía bien.
Dane se alejó del espejo y se encaminó hasta su escritorio donde había dejado la colonia.
—Oye, Dane... ¿No has pensado en salir con una sola chica y nada más? Ya sabes... Tener una relación seria alguna vez.
—¿Una sola chica? Pero eso no es divertido.
—Qué idiota...
—Solo bromeo, Landa. Entiendo lo que dices... Pero simplemente no puedo. Es decir... Si algún día encontrara una chica diferente... una que me haga sentir una cosa única dentro del pecho.... Estoy seguro de que me quedaría con ella... ¿Entiendes lo que digo?
Pues claro que lo entendía. Yo ya había encontrado a alguien que me hiciera sentir esa cosa única en el pecho. Y como si hubiera leído mis pensamientos, Dane agregó:
—Y tú ¿no has pensado enamorarte de alguien diferente de Thomas Martin?
—Dane... Sé que es tu deber de hermano estar celoso... pero algún día tengo que tener novio...
—No. Hablo en serio, Landa. ¿No has pensado en otros chicos aparte de él?
—¿Qué tiene de malo él? —pregunté resentida pero curiosa.
—Nada, es solo que... —dijo mientras se ponía la chaqueta —sigo creyendo que deberías tener cuidado.
—¿De qué?
—Ya debo irme —dijo saliendo de la habitación.
—Espera, Dane... —dije siguiéndolo.
Él empezó a bajar las escaleras ignorándome completamente.
—¡Adiós, mamá!
—Detente. Vamos, Dane... Dime. ¿De qué debo tener cuidado?
Dane salió y cerró la puerta en mi cara. Entonces comprendí que no son celos de hermano mayor... Hay algo más y él lo sabe.
Landa.

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Holanda.
ChickLitLanda es una chica tímida e insegura que nunca tuvo mucha suerte para destacar. En su intento por empezar de nuevo en pueblo diferente, descubrirá que tiene el don de arreglar la vida de las personas, convirtiéndose así en una heroína secreta. Lo q...