Esta clase de amor.

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Hoy al llegar al teatro encontré a Phil obligando a Andrew, Francis y Tom a cargar pesadas tablas a través del escenario. Los otros chicos traían botes de pintura y árboles de cartón.

—Hola, Landa —dijo Gina acercándose a mí.

—¿Qué está pasando?

—Phil decidió que hoy en vez de ensayar arreglaríamos el escenario para la obra.

—Oh, vaya... Así que presentaremos la obra después de todo ¿No?

—Calma, Landa —rió —. Lo harás bien. Eres buena. Ven, ayúdame a subir esta caja con utilería.

Seguí a Gina, y mientras subíamos la pesada caja hasta el escenario, los chicos dejaron caer estrepitosamente un par de tablas al suelo. Phil empezó a gritarles enloquecido que sean cuidadosos, que todo el material era delicado y que valía más que sus cabezas. Tom me miró, se encogió de hombros y sonrió. ¿Cómo podía ser tan lindo?

—Mira esto —dijo Gina emocionada sacando un par de joyas de plástico de la caja —. Las recuerdo. Las usamos para una obra de hace dos años. Oh, y mira esta capa... La usó Sebastián cuando tuvo que interpretar a un mago —Gina empezó a revolver las cosas de la caja para seguir recordando —Esta es de cuando representamos Dos Adanes y una Eva. Debiste ver qué bien se le veía el vestido y los tacones a Dario. Estas espadas son de cuando representamos Romeo y Julieta. Oh, mira esta corona. Tom la usó en una obra donde protagonizó al rey. Vaya... No puedo creer que hayan tantos recuerdos en estas cosas.

Sonreí; Gina lucía muy ilusionada. Saqué un par de cosas para observarlas mejor, y mientras tomaba un viejo libreto, una foto instantánea se resbaló de entre sus páginas. En la foto aparecían Phil, Tom, Stacy y Gina. Los tres chicos tenían disfraces coloridos y hacían una reverencia sobre el escenario junto al director después de terminar de presentar una obra. Todos lucían más jóvenes.

—Aquella foto es de nuestra primera obra al entrar en la secundaria. Phil era más amable entonces —bromeó.

—Es una foto bonita.

—Landa —dijo Gina después de mirarme por unos segundos en silencio —. ¿Podría preguntarte algo?

—Seguro.

—¿Te gusta Tom?

La miré sorprendida y sonrojada.

—¿Co... c... Cómo dices?

—Te gusta ¿No es así?

—Por favor, Gina... Qué cosas dices... —dije bajando la mirada.

—No trates de mentirme, Landa —sonrió —Sé que es así. Lo que quise decir es que sé que es así... Sé que te la pasas muy bien cuando Phil nos hace practicar el ejercicio de confianza. Tom es lindo, no veo por qué no habría de gustarte. A él le gustas también. Lo que quería decir es que... yo... lamento mucho no haberte contado sobre Gretel. Sé que debí hacerlo sabiendo que te gustaba.... En realidad no sabía si ya lo sabías o no, pero debí decirte que Tom llevaba un buen tiempo saliendo con ella de todos modos. Siempre molestaba a Tom y a Gretel porque ella es mi amiga, y quería que estén juntos. Pero sabía que Tom en realidad no la quería como ella a él... Tom es mi amigo también y sé que lo que lo hubiera hecho feliz es dejar a Gretel e ir a buscarte. Eres la primera chica de la que él se enamora de verdad. Créeme, conozco a Tom desde el segundo grado.

—Está bien, Gina... Tú... no eras quien debía decírmelo.

—Lo sé. Pero, Landa... Tú eres tan buena... Tan dulce... No merecías vivir ilusionada para desilusionarte tan de repente.

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