El beso.

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Me sentía muy nerviosa como mi primera vez en el teatro. Me sabía todas las líneas de Gina y Tom, pero tenía el presentimiento de que iban a olvidárseme tan rápido como subiera al escenario.

—Bien ¿Estás lista, Landa? —preguntó Phil entrando al teatro.

—No.

Phil rió y se sentó en una butaca, luego me hizo un ademán para que subiera al escenario, y un segundo después Tom subió también. Él sonreía tranquilamente, sin siquiera percatarse de que yo estaba apunto de desmayarme de los nervios.

Phil nos hizo ensayar desde el primer acto. Comencé olvidando mis líneas, pero a medida que íbamos desarrollando la obra, las iba recordando y me salían con más naturalidad. Phil tenía la misma sonrisa en la cara que me dio en el hospital. Parecía que realmente se sentía orgulloso de mi actuación. Cuando creía que ya todo estaba bien, era el turno de una escena en la Jack debía decirle algo bonito a Eleonor, o abrazarla o tomarla de la mano; y Tom lucía tan guapo y su actuación era tan real, que se me olvidaban de nuevo todas mis líneas y debía comenzar otra vez.

—¿Qué haces aquí, Jack? —dije dando lo mejor de mí —Te dije que no quería volver a verte.

—Lo sé —contestó con una mirada de desconsuelo —, pero yo necesitaba verte. Sabes bien que me duele.

—Ya no puedo creerte nada —dije apartándome, imitando los movimientos que Gina solía hacer.

—Eleonor —Tom me tomó del brazo y me acercó bruscamente a él. Mis mejillas empezaron a calentarse —. Te amo ¡Te amo! ¿Acaso no lo sabes? Y tú sabes que me amas. ¿No lo sabes acaso?

Tom y yo nos miramos por varios segundos. La mano que me sujetaba estaba toda sudorosa, pero él la agarraba con fuerza.

—No —dije finalmente y solté su mano.

Di unos cuantos pasos lejos de él y Tom sólo me miró.

—Qué mal sabes mentir.

Escuché que Phil dio un gritito de emoción, pero ni Tom ni yo volvimos la vista.

—Jack... —dije fingiendo sollozar — Es peligroso. No podemos estar juntos. No nos quieren juntos.

—No me importa.

—¿Qué puedo decirte? —dije volviendo la vista a él.

Tom se acercó a mí, se arrodilló y sacó de su bolsillo la cajita con el anillo.

—Dime que sí.

Tom se levantó y tomó mi mano. Ambos sonreímos.

—¡Bien! —dijo Phil poniéndose de pie con las manos en la cintura —Supongo que ahora tampoco besarás a Landa, pero...

En realidad no sé cómo pasó. Antes de que Phil terminara de hablar, Tom me tomó de la cintura, me inclinó hacia atrás y... me besó.

Me... besó.

Se sintió como todo lo que nunca imaginé. Sentí que en mi estómago todo se revolvía, y la sangre me recorrió el cuerpo entero, calentándolo hasta la punta de los dedos. Por un momento incluso sentí que mis pies abandonaban el piso.

No solamente era mi primer beso. Era la primera vez que Tom me besaba. Lo había deseado con todas mis fuerzas antes, y por fin estaba ocurriendo.

Después de volver a la realidad, me di cuenta de que Tom seguía besándome. De seguro fue el beso más largo en la historia de la humanidad. Podía sentir sus labios sobre los míos moviéndose lentamente. Solamente cuando respirar se hizo estrictamente necesario Tom se apartó de mí.

El teatro estaba en completo silencio, y mis mejillas irremediablemente calientes. Miré a Tom sorprendida, quien a su vez me miraba sonriente, con unos ojos dulces. Volví repentinamente la mirada hacia los espectadores. Todos estaban igual de sorprendidos que yo. De repente, todos estallaron en aplausos.


Landa.

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