Las pinturas de Dottie.

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—Bien, parece que ya te lo sabes todo —dijo Libby devolviéndome el libreto.

—Sí, pero de seguro me pondré muy nerviosa y se me olvidará todo.

—Lo hiciste muy bien para mí.

—Eso es porque eres mi amiga. No será igual cuando esté enfrente de todo el colegio.

De repente escuchamos risas que venían detrás de la casa. Adeline y William aparecieron sonriendo mientras platicaban.

—¿Profesor? —dije poniéndome de pie sin poder disimular la enorme sonrisa de mi rostro.

—¡Oh! ¡Landa! Yo... Vine a platicar un poco con Adeline.

—Sí —dije poniendo las manos en la cintura, aún sonriendo como tonta.

—Sí, bueno... Ya me iba. Adeline me estaba mostrando el jardín, pero es hora de que me vaya ya. ¿Has hecho la tarea, Landa?

—Sí, claro.

—Muy bien, te veo mañana entonces —luego se volteó a Adeline que había estado sonriendo también —¿Nos... veremos...?

—Sí, sí. Mañana.

El profesor sonrió y ambos se dieron un abrazo un poco incómodo. Luego se fue hacia la parte posterior de la casa y se subió a su auto. Al pasar junto a nosotras se despidió con la mano, y las tres lo vimos alejarse. Adeline se volteó y nos descubrió a Libby y a mí mirándola con enormes sonrisas.

—¿Qué? Somos amigos ahora.

—Nosotras no hemos dicho nada.

Adeline sonrió.

—Le he dado el libro con el final completo.

—¿De verdad? —dije emocionada.

—¿Crees que sea muy pronto? —me preguntó —Es decir... Para pensar que él es lo suficientemente especial para leer el final.

—El profesor William es alguien muy especial. No lo dudes.

Adeline volvió a sonreír y se llevó un mechón de su cabello detrás de la oreja.

—Debo subir. Nos vemos pronto.

Nos despedimos y ella volvió a su departamento. Volví a sentarme en el pórtico junto a Libby, y ambas volvimos la vista al sótano-departamento de la derecha, donde la puerta acababa de abrirse y Dottie, la inquilina del cabello púrpura, salía con un paquete envuelto dirigiéndose al bote de basura. No necesitaba preguntar qué era lo que hacía.

Esperé en silencio hasta que volviera a entrar, y después me acerqué hasta el bote con la curiosa mirada de Libby sobre mí.

—¿Qué es?

—Una pintura —dije volviendo junto a ella y quitándole el envoltorio —¿No es bonita?

En la pintura estaba Molly con una corona de flores, y un pajarito en la mano.

—Sí lo es —dijo Libby.

Ambas la miramos por varios segundos sin decir nada. Aquella era realmente una pintura hermosa, y me sentía indignada de que Dottie la haya arrojado a la basura. Necesitaba hacer que viera en el error que estaba... Sus pinturas podían tocar a las personas, pero menos a ella. Necesitaba ayudarla, pero ¿Qué podía hacer? Ella no quería ayuda. Las cosas eran tan difíciles.


Landa. 


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¡Hola! 

Sé que  algunas personas piensan que la historia no va muy interesante, ¡pero prometo que eso durará poco! Ya pronto se viene lo MUY MUY INTERESANTE. Estos capítulos son necesarios para la historia. Así que, please, esperen un poco y sigan leyendo ♥ 
Gracias por sus votos y comentarios♥ 

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