Una oportunidad.

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—¿Qué harás el viernes por la noche? —pregunté mientras arrojaba maíz en el corral de las gallinas.

—No lo sé. Ver una película quizá —contestó Adeline sin mucho afán haciendo lo mismo que yo —¿Quieres venir?

—Hacen unas noches preciosas ultimamente ¿No lo crees? Tal vez deberías salir —dije sin mirarla.

—¿Salir? ¿A dónde podría salir?

—Oh, no lo sé. En Little Pine hay muchas cosas por hacer, aunque no lo parezca.

—Landa… Tú nunca sales al pueblo —contestó medio sonriendo.

—Sí, pero sé que es así. Mi profesor de literatura dice que Little Pine es un lugar lleno de pequeñas aventuras.

—Bueno, esa es una manera muy linda de llamarlo —dijo esperando que un grupo de gallinas terminara de comer el maíz que había arrojado para arrojarles más —. Quizá tiene razón.

—Sí, mi profesor tiene razón en muchas cosas. Siempre dice cosas tan lindas y acertadas.

—De todos modos, ¿Qué podría hacer?

—¿Qué tal ir a cenar? —sugerí disimulando una sonrisa. Adeline me miró de reojo.

—¿Cenar?

—Sí ¿Has conocido ya todos los restaurantes del pueblo? Mi profesor de literatura nos ha dicho que deberíamos tomarnos el tiempo de conocer los restaurantes de Little Pine y apreciar lo buenos que son. Él dice que no puede escoger su favorito.

—Bueno, pero ir a cenar sola por ahí sería un poco extraño.

—Oh, pero no tienes que cenar sola… Puedes ir con alguien y conversar de cosas muy interesantes.

—¿Quieres que vayamos juntas?

—Oh, yo no puedo. De seguro tendré mucha tarea que hacer. Por supuesto, no tarea de literatura. El profesor William siempre es tan bueno y no nos deja tarea para el fin de semana.

—Bien, no tengo más amigos.

—Puedes hacer amigos. Estoy segura de que hay personas muy interesantes con las que tienes muchas cosas en común. Alguien casi tan interesante como mi profesor… Él sabe de muchas cosas, y de muchos libros que están en tu estantería. Sus conversaciones sí que son muy buenas.

Adeline dejó el cubo de maíz en el suelo, se llevó las manos a la cintura y me miró entrecerrando los ojos.

—¿Hay algo que quieras decirme, Landa?

—No ¿De qué hablas?

—Parece que trataras de insinuarme algo.

—¿En serio? —pregunté fingiendo muy mal.

—Parece que trataras de insinuarme que salga con tu maestro.

—Cómo crees, Adeline. Yo sólo estaba diciendo que es un buen hombre, y una gran persona, y que es muy interesante y muy inteligente… y que…

—Landa… —interrumpió ella agudizando la mirada.

—¡Oh! ¡Vamos, Adeline! —dije admitiéndolo todo —Sé que te va a encantar conocerlo. Es muy inteligente de verdad. Y también es muy guapo. Deberías salir con él y conocerlo.

—No —dijo poniendo la palma de la mano hacia delante mientras con la otra seguía apretando su cintura —, de ninguna manera, Landa.

—¿Por qué no? Es una persona maravillosa, tienes que darle una oportunidad. Tienes que salir con alguien…

—No necesito salir con nadie, Landa.

—Claro que sí. Adeline, sé que amas a Jon, pero no puedes dejar que se te pase la vida pensando en él. Tienes que comenzar de nuevo. Tienes que volver a salir, y tienes que volver a escribir.

—Landa, estoy bien así —dijo cruzando los brazos.

—No lo estás. Eres muy hermosa y estás desaprovechando tu vida. Yo creo que al menos deberías intentar conocerlo. Sé parece mucho a ti y sé que se llevarán muy bien. Leyó tu libro y tiene muchas ganas de conocerte.

—Espera ¿leyó mi libro? ¿Cómo…?

—Te dije que quería que lo leyera alguien especial.

—¿Se lo prestaste a tu maestro? Pensé que se lo habías dado a Tom.

—El profesor William es realmente una persona especial. Si no lo fuera, no le hubiese dado tu libro. Por supuesto, le di el libro que no tiene el final especial. Deberías conocerlo y decidir si merece leer el verdadero final.

Adeline me miró con una mezcla de dudas y nervios.

—¿Qué fue lo que dijo sobre mi libro?

—Dijo que es un libro magnífico. Dice que deberías seguir escribiendo. Él sabe mucho sobre literatura. Tiene muchas ganas de conocerte de verdad.

Adeline se llevó las manos al rostro.

—Landa… tú… ¿crees que es buena idea? Yo… No salgo con un hombre hace tanto tiempo. No sé qué hacer… qué decir… ¿Qué debería usar?

Sonreí.

—Tranquila. Te voy a ayudar.

Landa.

Holanda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora