Eric.

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—Tenías razón, Landa —me dijo Anna más tarde en el lago —¿Qué más podía esperar de Simon Riggs? Soy una idiota.

—No seas tan dura contigo misma, Anna.

—Landa... No quiero que pienses que soy una fácil...

—Yo... no pienso eso.

—Todos en último año lo piensan. ¿Cuánto faltará para que el resto del colegio lo haga también? Landa, no es lo que estás pensando. Yo no lo hice por Simon o algo por el estilo.

—Anna, te dije que yo no pienso eso.

—Lo sé, Landa. Gracias. Es tan difícil no pensar que todos están en mi contra. Debiste ver la mirada de los chicos... mis amigos.

—Estoy segura que Lipe, Niko y Eric no estaban juzgándote. Sólo estaban tratando de entender qué estaba ocurriendo. Ellos nunca podrían pensar algo malo sobre ti.

Anna cerró los ojos y bajó la cara. Estaba sintiéndose muy mal y no era para menos; había cometido la equivocación de meterse con Simon Riggs. Ella misma me había advertido primero que él era una persona peligrosa, y a pesar de que yo estaría siempre del lado de Anna, quería entender qué había pasado, cómo fue que de repente ella empezó a salir con él y terminó con lo que terminó.

—Anna... entonces ¿por qué lo hiciste?

—Yo —dijo después de varios segundos —sólo quería saber qué se siente ser querida. ¿Sabes? Toda mi vida me he preocupado por mis calificaciones, por hacer actividades provechosas como ayudar en el refugio de animales y leer. Siempre cumplo mis tareas y llego temprano a casa. Todo eso lo hago por mi papá... Él me ha cuidado solo desde que nací y trabaja duro en el aserradero para que nunca me falte nada. Le debo muchísimo, pero me he enfrascado tanto en ser una buena hija, que nunca he tenido tiempo para enamorarme de alguien... y que alguien se enamore de mí. Yo sólo... sólo quería saber qué se siente eso. Landa, tú tienes mucha suerte... A Lipe le gustas mucho, y siempre se ha preocupado por ti. También a este chico, Thomas Martin... pasas mucho tiempo con él, y sé que no sólo le gustas mucho, sino que te quiere mucho también. A mí nunca me había pasado... Vaya, Landa. Vas a creer que estoy loca. El día que le mentiste a Simon que —rió —que Eric era mi novio, sentí algo en él... en Eric, quiero decir. Una pequeña parte de esa sensación que tanto había estado esperando. Llegué tarde a la fogata en el bosque aquella vez porque estaba pensando si quería verlo o no. Es ridículo, Landa, lo sé. Eric jamás podría quererme así; siempre hemos peleado mucho, pero últimamente parece que me odiara de verdad.

—Vaya, Anna. No pienses así... Eric también lucía muy preocupado cuando discutiste hoy con Simon Riggs. Él es tu amigo, después de todo. Se preocupa por ti.

—Y yo también me preocupo por él, Landa. Me siento muy mal de que él y Jenna hayan terminado. Sé que deben estar pasándola muy mal. Pero aún así me duele que sea tan hiriente conmigo. Después de todo, parecía que Simon Riggs era el único al que le interesaba... pensé que quizá yo nunca tendría la oportunidad de sentir que le interesaba a alguien más... por eso lo hice. Soy una tonta, Landa.

—Yo tampoco he tenido mucha suerte, aunque tú digas que es así... pero sé que vas a encontrar a alguien que te quiera de verdad, eres tan hermosa e inteligente, y te lo mereces. No eres una tonta, Anna. Eres la chica más genial que he conocido.

Anna me abrazó y ambas empezamos a reír.

—Lamento haberte metido en todo esto, Landa. Fue muy ingenioso y amable que le hayas mentido a Simon por mí. Es incluso gracioso ¿no? Inventar que Eric era mi novio, pero si tu hermano no fuera Dane Font estarías en muchos problemas como yo... y todo por mi culpa.

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