Infeliz por amor.

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Me gustaba escuchar a Adeline hablar sobre el profesor William. Hablaba como si él fuera un personaje de sus libros. Eso me daba esperanza de que gracias a William, Adeline podía volver a escribir.

A Libby parecía agradarle de cierta manera nuestras conversaciones. Pasaba mucho tiempo en el pórtico con nosotras jugando con su muñeca y con Gustav, pero siempre muy atenta a la historia de amor que Adeline y William estaban empezando a vivir.

—¡Sí! Muy bien ¡Maravilloso! ¡Muchas gracias, señor Clayton! ¡No se arrepentirá! —escuchamos la voz emocionada de Miguel hacia un lado de la casa y volvimos la vista hacia él —Bien, adiós.

—¿Buenas noticias, Miguel? —preguntó Adeline.

—Buenas noticias, señoritas. Acabo de conseguir otro artista para que exponga en la galería el día de la inauguración. Hoy firmará el contrato y todo.

—Qué bueno —dije —. Estoy segura de que será todo un éxito.

—¡Dios te oiga, Landa!

Miguel se marchó muy alegre. Juraría que hasta daba brinquitos de felicidad. Me alegraba de que todos estuvieran muy felices. Eso me ponía feliz a mí también. Sin embargo, cuando entré a la casa, escuché que alguien sollozaba despacio. Entre con cuidado al despacho y vi a mamá con la cara apoyada en el escritorio. Esta vez no podía ocultarme que estaba llorando.

—¿Mamá? ¿Qué pasó? —dije acercándome a ella —¿Estás bien?

—Sí, Landa, yo... —dijo secándose las lágrimas —voy a preparar la cena.

—No, mamá. Espera. ¿Qué ocurre?

Ella me miró y se echó a llorar sin poder contenerse.

—Lo siento, cariño. No quería que me vieras así... Me siento muy triste.

—¿Por qué?

—Desde que llegamos aquí he intentado dar lo mejor de mí. Fue difícil dejar nuestra vida en la ciudad. Sé que lo fue para ti. Yo tampoco quería dejar mi trabajo. Pensé que podía empezar una vida nueva y que todo iría de maravilla, pero con el tiempo este pueblo me ha ido agotando. Quiero decir... esta granja. No me gusta sólo quedarme aquí llevando las cuentas. Yo no sirvo sólo para esto. Estoy cansada de estar aquí.

—Pero... mamá ¿por qué no lo has hablado con papá?

—Landa, cuando me casé con tu padre prometí que siempre iba a estar con él. Lo amo más que a mí misma, y ¿no ves lo feliz que él es aquí? Él ha sacrificado tanto por mí. Yo trato de hacer lo mismo por él. Además... tú y tu hermano también son felices aquí ¿No es verdad? Ahora tú y Tom se llevan muy bien, y sé que no podrías dejarlo. Has hecho un montón de amigos, y vas a participar en la obra escolar. Te amo, Landa. Solo quiero que sean felices.

Miré a mamá a quien no paraban de salirle las lágrimas. Me dolía el pecho.

—Pero tú también mereces ser feliz. Y si te hace infeliz estar aquí, encontraremos una solución.

Mamá sonrió y acarició mi mejilla.

—Tú siempre sabes qué decir, Landa. Voy a preparar la cena.

Después de eso se marchó. Mamá estaba decidida a ser infeliz por amor, y aunque sonara como un acto muy noble, yo no lo podía permitir.


Landa.


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Hola:)
Otro capítulo corto y aburrido, ¿a que no?
Lo sieeento, pero de verdad no trato de poner capítulos de relleno, de verdad cada parte es importante para la historia. No dejen de leer♥

GRACIAS otra vez a ustedes por leer, votar y comentar♥ Si son escritores de Wattpad entenderán lo feliz que nos pone recibir notificaciones así. Gracias por su apoyo. Gracias a las personas que están aquí desde el principio. Gracias a las que están aquí constantemente votando y dejando comentarios lindos y divertidos. Y gracias a las personas que han empezado a leer la historia hace poco (Espero que les esté gustando mucho).

Sí, hoy me sentía con ganas de agradecer.

¡G R A C I A S!


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