Cuando desperté Tom aún seguía dormido. La habitación estaba en completo silencio y por la ventana se colaban los rayos de sol.
Sonreí. Era la segunda vez que despertaba junto a Tom en su cama. Imaginé cómo sería mi vida despertando junto a él cada mañana. De seguro sería una vida maravillosa.
Sobre la mesita de noche de Tom estaba La manera más difícil de amar. Le había dado a él el libro con el final feliz. Adeline y yo teníamos una especie de pacto, en el que solo dejaríamos leer aquel libro a las personas que consideráramos especiales para hacerlo. Ella se lo había dado al profesor William, y ahora yo se lo había dado a Tom. Tom era la persona más especial para mí.
Escuché ruido que provenía de la cocina. Alguien cantaba una canción alegre.
Me incorporé sobre la cama para oír mejor, y entonces me llegó el inconfundible olor a panqueques caseros.
—Buenos días —dijo Tom.
—Buenos días —le sonreí.
—Parece que mamá se ha levantado.
Tom salió de la cama y yo lo seguí. Cuando llegamos a la cocina, vimos a una hermosa mujer con un largo cabello rojo y una sonrisa maravillosa revolviendo la masa de los panqueques. Cantaba muy feliz con una voz muy bonita.
Era la primera vez que la veía de pie, y parecía una mujer completamente diferente a la de anoche. Ahora estaba llena de vida.
—Buenos días, mamá —dijo Tom abrazándola.
—Buenos días, querido. Buenos días, Landa —dijo ella sonriéndome.
—¿Cómo te sientes hoy? —preguntó Tom.
—De maravilla.—¡Mamá! —gritó Sam entrando en la cocina.
—¡Sam! —dijo ella extendiendo los brazos para abrazarlo.
—Creo que es hora de irme —dije con timidez. No quería interrumpir el agradable ambiente familiar.
—Ay, no, Landa —dijo ella —. Quédate. Come unos panqueques. A penas hemos tenido tiempo para platicar. Todo lo que sé de ti me lo ha dicho Tom, pero tú no me has platicado nada.
Sonreí.
—No le avisé a mamá que estaría aquí.
—No le avisaste tampoco la última vez —dijo Tom con una sonrisa que solo yo podría descifrar. Miré sonrojada a su mamá, pero ella parecía no haber entendido. O quizá ni siquiera le importaba entender.
—Vamos —dijo ella sonriendo —. Eres la novia de mi hijo, necesitamos platicar y ser amigas.
Asentí. En realidad tenía muchas ganas de conocer a Deedee y ser su amiga.
—¿Por qué no van a pasear? —dijo ella después de comer —. Podrían pasear un poco por el pueblo. Hoy yo tengo muchas ganas de salir con Sam. ¿Quisieras salir con mamá, Sammy?
—¡Claro que sí! —gritó él emocionado.
—¡Maravilloso! Entonces tú y yo saldremos juntos. Y Tom y Landa tendrán tiempo para estar solos.
—En realidad —dije sonrojada —, ahora sí es tiempo de que me vaya.
—Vamos, jovencita. Será divertido pasar el día juntos. Prometo que esta vez no habrá tonterías.
Ambos sonreímos.
—De acuerdo.
Pero necesitaba hacer algo antes. Salí hasta el patio y llamé a Craig.

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Holanda.
ChickLitLanda es una chica tímida e insegura que nunca tuvo mucha suerte para destacar. En su intento por empezar de nuevo en pueblo diferente, descubrirá que tiene el don de arreglar la vida de las personas, convirtiéndose así en una heroína secreta. Lo q...