El Duque de Cróga.

316 26 7
                                    

Jueves 8:15pm

Gracias al estúpido de Tom ahora pertenezco al club de teatro. Déjenme recordarles que yo soy la persona más extrovertida, locuaz y amante de estar frente a un público, en serio, ¡lo adoro! (¿sarcasmo? ¿dónde?). No tienen idea de cuánto odié a Tom cuando puso su sonrisa de galanazo, con su rostro de seductor que convence a cualquiera.

—Me parece una gran idea —dijo el director.

Tom sonrió satisfecho y entre los dos decidieron mi horario: el club de teatro volverá a reunirse la semana que viene y yo tendré que quedarme como mínimo tres días a la semana después de clases hasta las tres de la tarde. Al final Tom y el director Lee se estrecharon las manos y yo salí furibunda de la oficina. Ahora entiendo la reacción de Craig después de hablar con el director. De todos modos sé que su castigo debe ser mejor que pertenecer al teatro.

Tom siguió detrás de mí riendo y diciendo cosas como «Vamos, jovencita, te encantará» «Fue lo mejor que pude conseguirte» «El club no es tan malo» «Luces muy molesta, jovencita». Yo no aguanté más, me volteé y le grité:

—¡Pues claro que estoy molesta! ¡Se supone que debías defenderme! ¡No conseguirme un castigo! ¡¿Cómo se te ocurrió que unirme al teatro podría gustarme?! ¡Preferiría limpiar baños todo el día!

Tom seguía parado ahí enfrente de mí, con los brazos cruzados y esa sonrisa que me provocaba darle el golpe que le faltó a Craig. Después él levanta los brazos como si no tuviese la culpa de nada y dice:

—Estás muy alterada jovencita, hablaremos cuando te calmes. ¿Te parece mañana en el teatro? —agrega provocándome.

Ganas no me faltaban de aventarle un libro en su estúpida y perfecta cara. Entré al salón antes de que la ira me hiciera hacer algo tonto.

Cuando le expliqué a la maestra de matemáticas que había llegado tarde porque estuve en la oficina del director, todos me miraron con cara de asombro. Creo que nadie esperaba que algún día yo iría a ese lugar, y a decir verdad... yo tampoco lo esperaba. Es la última vez que golpeo a alguien con una puerta, lo juro.

Hoy no tenía ganas de ir a la escuela, sobre todo porque tendría que quedarme en el teatro después de clases. En casa solo le he contado a Dane de mi castigo, lo que le causó mucha gracia, pero al recordar que tendría que quedarme con Thomas Martin toda la tarde su rostro se volvió serio... Supongo que es por lo que dijo, eso de que soy su hermana menor y él está celoso, pero a decir verdad no estoy muy segura de que solo sea eso.

A la hora del almuerzo me encontré con los chicos en el comedor. Noté que faltaban Erick y Jenna, pero llegaron al rato discutiendo: al parecer Jenna es muy mandona y odiosa y Erick es muy idiota y presumido, o al menos eso fue lo que les escuchamos decirse. Ambos se sentaron en lados opuestos de la mesa y los demás decidimos no hacer preguntas.

—Bueno, mañana es la fiesta de Simon Riggs —comenta Lipe —, y supongo que nadie aquí va a ir —todos asentimos afirmativamente —,así que ¿Qué hacemos mañana para divertirnos?

—¿No vamos a Mr. Cucumber? —pregunta Niko acomodándose el cabello delante de la cara.

—Creo que deberíamos hacer algo diferente —dice Jenna.

—Bueno, yo haré la tarea de matemáticas, así que conmigo no cuenten.

—¿Por qué siempre eres tan ñoña, Anna? —dice Erick burlándose.

—Al menos estudio y no le pago a nadie más para que me haga la tarea.

—Quiero recordar que no acepté ningún dinero —digo levantando mi índice.

Holanda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora