El resto del grupo ajeno a mi,continúo con sus conversaciones, sin embargo yo tan solo podia centrarme en el. En a penas segundos sus brazos rodearon mi cuerpo con fuerza y yo me dejé abrazar, como en los viejos tiempos. Su antigua colonia comprada por su madre había cambiado a un perfume más varonil y fresco, y me concentré en ese olor, evitando así que la rabia de la realidad me hiciese decir o hacer alguna tontería.
-Bella...-susurró en mi oído-¡cuantisimo tiempo!
-¿Tu crees?-dije ironica.
A pesar de la rabia que le tenia en ese mismo momento no pude ocultar mi sonrisa, la misma que hacía dos años. Dos años.
-¿Estas bien?-preguntó Harry.
-Dos años Harry, dos años y de repente vuelve sin avisar. Aunque claro, ¿como iba a avisar si hace dos años que no hablamos?
-Bella tranquila, relajate.
-¿QUE ME RELAJE?
Un par de padres dirigieron sus miradas hacia nosotros, por tanto bajé el tono de mi voz a pesar de seguir igual de enfadada.
-Podria estar muerto y no sabría nada de él, habló contigo ¡y conmigo no!Después de todo...
-¡Chicos ya han abierto las puertas del avión, coged el pasaporte y el billete y adelante!-exclamó mi padre.
Me senté en uno de los asientos del final del avión lo más alejada del resto que pude junto a Taylor, inseparables desde niñas hasta en los aviones.
-¿Habeis hablado?
-¿De que?¿Del porque no hablamos desde la última vez que nos vimos?¿De porque me besó y se marchó?
-Mejor-afirmó ella-hazme caso si te digo que no te merece.
-¿Tu, la fiel defensora de que salga con alguien me estas diciendo eso?¿Que ha sido de la Taylor pesada y agobiante?
Reimos a la par mientras el avión dejaba atrás la bella California, para pena de ambas.
-Supongo que la Taylor de hace unos meses no es la Taylor de ahora, hay cambios drásticos en la vida de la gentte que marca el futuro...
-Definitivamente no te conozco Tay-bromeé.
Observé sus manos moverse nerviosas sobre el reposabrazos, cerrando y abriendo el puño. Una mala costumbre adoptada en los últimos meses que me irritaba como nada ya que la habían adquirido gran parte del grupo y no me gustaba, parecían nerviosos y estresados y odiaba esa sensación. Me adormecí durante un par de horas, recobrando el sueño que había perdido esa misma noche. Entre mis sueños aparecieron de nuevo sus labisos, rozando los míos como aquella noche, con el frío azotando alrededor nuestro nada importaba en ese momento...como cambiaban las cosas.Cuando desperté ya era medio día practicamente pero no tenia a mi mejor amiga al lado sino a él, Zack. Era una pesadilla de la que no iba a librarme por el momento.
-Buenos días bella durmiendo-susurró.
-Buen juego de palabras-dije sarcastica.
-Sé que estas enfadada.
-Muy hábil, en serio-murmuré.
Deslicé los ojos por la ventanilla y observé su sonrisa contenida, no había cambiado nada, se contuvo como debía hacer porque sabía quien tenia razón en ese momento.
-Venga adelante-dijo él.
-¿Por qué?-pregunté.
-¿Por qué que?
-Me besas y de pronto te marchas, al principio hablabas con todos...menos conmigo.Genial...tan solo me mostraste quién eras realmente.
-¿Te molestó que te besase?Creía que era lo que querías...
-Claro, por supuesto, quería que me besases justo antes de marcharte ¿no? Exacto y luego dejar de hablarme como si me estuvieses castigando por ello...Explicate porque no lo entiendo.
-Te besé porque surgió así, porque lo sentí así y si no hablé más contigo era porque ni si quiera sabía si ibamos a reencontrarnos algun dia, supongo que me equivoqué en eso-rió ante la evidencia y incluso a mí me sacó una sonrisa- tan solo esperaba al momento apropiado Bella, ni si quiera sabía que hacer, no quería acabar haciendonos daño ¿que hubieses preferido?¿que no te hubiese besado?
Bajé la vista hacia sus manos comprobando que para mi desgracia él también hacía ese feo gesto con las manos, cerrando los puños, como si controlase su fuerza.
-Hubiese preferido que lo hubieses hecho durante todos los meses que....
Me sonrojé como solía ocurrir y dejé que él acabará la frase, empeorando la situación aún más.
-Que estuviste colada por mi...
-Si-susurré con timidez.
-Me encanta cuando te sonrojas, siempre lo has hecho...echaba de menos estos momentos-admitió-te he echado de menos Bella...
Le miré a los ojos, a esas brillantes esmeraldas triunfando ante mi y no pude evitar sonreir, era mi debilidad, siempre lo había sido en ese sentido.
-Y yo a ti-susurré.
Sabía que era cierto aunque siguiese desconfiando, seguía sintiendo por él lo mismo que hacía dos años...tan solo hacía falta mirarle a los ojos para darme cuenta de ello.
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Opposites
RomansaBella llega a una ciudad desgraciadamente muy familiar para ella. Tras los seis años más difíciles de su vida cuando parecía que el día a día era una rutina, un giro de tres cientos sesenta grados cambiará su forma de ver las cosas, nuevas personas...