72. ¿O no?

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- ¿ Y estáis bien? - inquirí - quiero decir, ¿te hace feliz?

Taylor acababa de confesar ante Harry y ante mí, su relación con Liam y yo saqué el tema por Harry, porque sabía que ese tema le hacía entre poca y ninguna gracia, podía percibir su mirada cabizbaja y su semblante serio desde mi posición en el sofá, totalmente dandole la espalda. Habían pasado ya dos semanas desde que Harry me lo había contado, con vida de por medio incluído y yo había estado demasiado ocupada para indagar más sobre el asunto.

- ¡Si! ¡Claro!

Le dediqué una pequeña sonrisa, porque en el fondo me alegraba de que mi mejor amiga hubiese encontrado ese punto de felicidad que yo había logrado rozar en algunas ocasiones con Will, eso era a lo que todo el mundo debía aspirar al fin y al cabo, aunque a Harry le molestase.

- Me alegro mucho - suspiré, en parte sincera.

- ¿Y tú Harry? Te veo callado,quería que te enteresases el primero...

- ¿Yo? ¿Por qué?- preguntó sorprendido.

Mis ojos se centraron por primera vez en los suyos verdes, que no dirigieron la mirada ni una sola vez a Taylor, quien parecía algo decaída en ese momento por la reacción tan seria de Harry.

- Porque eres su amigo ¿no?

- Oh, sí ya... me alegro, supongo - suspiró - es que estoy un poco cansado - dijo confuso.

- Vaya efusividad - dijo Tay sarcástica.

- ¿Qué quieres que te diga? ¿Que os bendigo o qué coño quieres? Mira, mientras tú seas feliz.... ¡enhorabuena! - exclamó.

Podía sentir el rencor y la rabia en su voz, y supuse que Taylor también lo podía notar, entendía la reacción de Harry pero si no le gustaban las cosas como estaban, él era el único que podía cambiarlo, no era culpa de la pobre Taylor.

- Eres un borde - escupió Tay, con una mueca de asco.

- Sí, y me encanta.

La sonrisa pícara y borde de Harry se formó en sus labios y comprobé a que se refería el día anterior. Mientras discutía con Taylor no pensaba en lo que sentía por ella, o en lo que ella sentía por Liam y eso le ayudaba a aguantar esas situaciones, tenía sentido... aunque fuese autolesionarse, tenía sentido.

- Tengo entrenamiento en un rato, tengo que irme ya chicas - comentó Harry.

- Espera, voy contigo y así veo  a Will.

Estaba mintiendo. No tenían entrenamiento y lo sabía, pero quería salir de allí y alejarse de ella para poder asumir la noticia sin mostrar su estallido ante Tay.

- No es lo mismo sospechar que confirmar ¿eh? - le susurré, ya de camino a casa.

Asintió, sin mirarme directamente, mientras se guardaba las manos en los bolsillos y suspiraba.

- ¿Dónde está el mujeriego que era mi mejor amigo? ¿Qué ha pasado con él?

Los rizos de Harry botaron en el aire cuando mi amigo se encogió de hombros, y sonreí, melancólica, ¿quién me iba a decir que él, justamente, iba a encontrarse en problemas de amoríos? Siempre había pensado que los problemas relacionados con él serían más del estilo de embarazos o de novios cabreados con demasiado afán de mostrar su fuerza...

- Que se ha enamorado - suspiró - supongo... no sé...

En seguida que se dió cuenta de lo fuerte que sonaban esas palabras, intentó cambiarlas, borrarlas del mapa y hacerlo sonar más suave... como si pudiese, temeroso de como sonaban en mis oídos... y en los suyos, asustado de aceptarlo.

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