-Temíamos que ocurriese... - comentaba Sam.
La sensación era extraña porque no podía moverme pero escuchaba perfectamente lo que Sam estaba diciendo y veía claramente a Zack a su lado, le estaba viendo moverse inquieto con un traje negro abotonado hasta el cuello mientras Sam toqueteaba su pulsera de la suerte, la que yo le había regalado de niño.
-Supongo que era lo que se esperaba de cualquier persona normal, pero de ella....- murmuró Zack - no me puedo creer que no vaya a volver a verla...
¿Como no iba a poder verme?¿De que hablaban?
-Ella te apreciaba, de una manera singular pero te apreciaba...- decía Taylor.
Taylor, afligida, lloraba sobre el hombro de un Harry que parecía desolado por la situación, sobrepasado por todo en general. Pasé la mirada de Tay al chico rubio que yacía en un banco marrón apartado, solo, mirando hacia mi con los ojos hinchados y la mandíbula desencajada, Will, inmovil ante mi tan solo me miraba mientras yo esperaba una de sus sonrisas, una sonrisa que no llegaba.
-Bella nos quería chicos - sollozó Tay.
¿Les quería?Les quiero. Intentaba moverme y lo hacía, pero ellos parecían no verme y cuando abrí la boca fue como si unas cuerdas tiraran de mi, conseguí vencerlas y hablar pero no me escuchaban, no entendía que estaba pasando y porque hablaban de mi en pasado, no entendía nada...y entonces miré a mi derecha y vi el altar y las flores. Y comprendí donde estaba, en mi funeral.
Probablemente me cansé de luchar, por eso estaba allí, por eso había acabado así...realmente no me sorprendía, siempre lo había supuesto, me cansaría de luchar algun día y los problemas se me comerían a mí. Conseguir vencerlos era complicado, conseguir que me venciesen era tan fácil como dejar de levantarme por la mañana diciendome a mi misma "Lucha". Pero yo no quería morir, quería salir de ahí y seguir luchando y despertandome cada mañana para poder seguir adelante, por mi y por Sam y por todos, quería seguir adelante pero ya no había vuelta atrás, ese era mi final...pero no podía serlo, no podía irme así, quería decirles que les quería y que les necesitaba a todos y cada uno de ellos y quería decirle a Will lo que sentía por él, lo necesitaba, no quería morir y entonces lo hice, abrí la boca para gritar y gritarles a ellos, para decirles que les quería y que quería vivir y que necesitaba su ayuda como fuese.
Tras desayunar a las siete de la mañana aun tenía clavado en mi mente ese sueño, quería vivir, era la primera vez que soñaba con eso y sin embargo había actuado como nunca había pensado qeu actuaría, queriendo vivir. A veces, sobretodo años atrás siempre había pensado que de ser por mi, si Sam no hubiese dependido de mí y hubiese sufrido un accidente, nadie realmente lo habría sentido realmente y por algun extraño motivo sentía que el sueño tenía parte de verdad, sentía que tenía a gente que iba a sentir mi muerte y de no ser así quería seguir pensando que sí porque se vivía muchisimo mejor de esa manera, y el sentimiento de necesidad de decirle a Will lo que sentía me había hecho darme cuenta de que no podía ocultarlo demasiado más ante él porque ya ni si quiera podía ocultarmelo a mi misma.
El instituto era un conjunto de bloques de ladrillos rojizos ante un extenso campo de fútbol, mi padre condujo hasta allí en completo silencio mientras yo memorizaba el camino para no tener que pasar por la misma situación incomoda esa misma noche o al día siguiente, prefería tener la autonomía como para poder ir y volver sola porque no me quería enfrentar a él de nuevo y sabía que si decía una sola palabra saldrían detrás las otras mil y una que estaban aguardando al empujón de salida, y en el fondo, tampoco quería causarle daño o mejor dicho, quería pensar que no quería causarle ningún daño y que seguía considerandole mi padre, porque no me sentía capaz de pensar en mi como una huerfana. Llegabamos tarde como cada maldito día de instituto en coche ya que Sam siempre olvidaba su mochila en el último momento, ví desde lejos como el grupo entraba por la puerta principal del edificio central y ni si quiera me molesté en correr detrás de ellos, cerré la puerta trasera del coche con un fuerte portazo mientras dejaba a mi padre diciendo algo sobre que tuviesemos un buen día. Ironico como nos alejaba del único lugar en el que habíamos deseado quedarnos, Malibú, y nos deseaba un buen día, muy irónico, de hecho, casi una broma de mal gusto si no le hubiese conocido lo suficiente como para saber que lo decía en serio.
El cabello rubio de Will era inconfundible en el aparcamiento delantero junto a su coche negro monovolumen. Caminé hacia él esperando estar con él en alguna clase para conocer a alguien más que al grupo en sí y asegurarme a alguien que me tratase bien en el instituto, pero nada más lejos de la realidad, sin embargo.
Me abalancé por su espalda abrazandole con fuerza, una fuerza que para él era la de una mosca y esperé que se diese la vuelta con una sonrisa, sin embargo, cuando se giró estaba serio y ocultaba sus ojos bajo esas gafas de sol que tanto me disgustaban.
-¡Hola! -exclamé.
-Hola - dijo serio - voy a clase.
-¿Nos vemos luego? - inquirí molesta por su actitud.
-No sé, no creo la verdad.
Su mirada era esquiva y en cuanto cerró la puerta del copiloto caminó hacia delante intentando dejarme atrás, no lo entendía, a excepción del incidente con aquellas chicas habíamos tenido una buena noche...no podía estar enfadada conmigo, simplemente no podía.
-¿Te pasa algo?¿Algun problema en casa?
Se detuvo serio y giró la cabeza para mirarme a mi directamente.
-¡Joder Bella! ¿Tiene que pasarme algo para no querer hablar contigo?¿Eres tan importante como para tener que estar detrás de ti todo el día? Yo creo que no la verdad, cuando quiera verte te veré y punto si te digo que no me apetece es que no me apetece. Simple. Sencillo. ¿Te lo repito? Ya me enteré ayer de lo del chico este, de lo de Zack, vete con el, marea a otro ¡joder!- me espetó.
Veía mi rostro reflejado en los cristales tintados de sus gafas, desconcertada como estaba mientras él continuaba su camino dejandome a mi alli parada. Nueva etapa, nuevos recuerdos, alguien se lo había tomado realmente en serio. No le había hecho nada para merecerme que me tratase así y ¿Zack?¿Qué pintaba Zack en todo eso? Creía estar sola con mis pensamientos pero no lo estaba, ni mucho menos, cuando giré la cabeza hacia la derecha vi a un par de chicas viendo un video en el móvil mientras me miraban señalandome, supuse que eran las fotos del día anterior que se habían extendido y no les dí importancia. Error. Terrible error.
Las chicas estaban en el pasillo principal en sus taquillas, guardando los libros del día.
-¡Bella! Esa es tu taquilla - exclamó Jen desde dos taquillas más a la derecha.
Taylor tan cantarina como siempre guardaba sus cosas al ritmo de una canción de las más odiosas que había escuchado en demasiado tiempo y yo me limité a ponerle buena cara mientras mis pensamientos giraban entorno a Will y a su comportamiento de niño pequeño por el cual esperaba una disculpa. Taylor cerró dando un golpe y aguardó unos segundos escrutando mi rostro antes de hablar.
-¿Como te encuentras? - me preguntó seria.
-Muy bien hasta que Will me ha montado un show ahí fuera sin razón alguna - dije enfadada mientras acababa de configurar mi contraseña de la taquilla.
-¿Sin razón alguna?¿A caso esperabas que te hablase bien después de lo de esta mañana? - inquirió Jen sorprendida.
-¿Esta mañana?
Estaba cansada de los juegecitos de no enterarme de absolutamente nada y esa era una de esas veces.
-No lo has visto - murmuró Jen - todo el mundo lo ha visto.
Todo el mundo menos yo, ¿el qué? ¿qué tenía que ver que no había visto? ¿qué me había perdido?
ESTÁS LEYENDO
Opposites
RomanceBella llega a una ciudad desgraciadamente muy familiar para ella. Tras los seis años más difíciles de su vida cuando parecía que el día a día era una rutina, un giro de tres cientos sesenta grados cambiará su forma de ver las cosas, nuevas personas...