18. Perdón

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Aún con esa conclusión en mi cabeza volví a casa con Will caminando a mi derecha por medio de la carretera. A cada paso qeu dabamos sentía como el pensamiento de lo que me esperaba en casa caía sobre mis hombros y me  iba empequeñeciendo poco a poco, no quería volver y enfrentarme a ella de nuevo, no quería enfrentarme a lo que ella significaba en mi vida y no quería enfrentarme  a mi padre de nuevo ni al Sam abatido y pensativo que me esperaba allí.

-Tierra llamando a Bella...- bromeó Will.

Levanté la vista del arcén oscurecido que señalaba el inicio de mi calle y le dediqué media sonrisa para hacerle ver que le escuchaba, aunque realmente no lo estaba haciendo...¿como iba a poder concentrarme?

-Sí es que...tengo muchas cosas en la cabeza... ¿que tal si me respondes a mi última duda?¿por qué no me lo dijistes? Que eras un Rivers quiero decir...

-Toda mi vida, desde que nací...la gente se ha acercado a mi por el dinero o por la fama o por las revistas, venían conmigo y luego me vendían en las revistas...incluso los padres de mis amigos ¿sabes? Y cuando te conocí a ti ya estaba acostumbrado a no decir mi nombre o simplemente a evitar a la gente por tanto lo vi normal, el problema vino cuando vi que eras distinta supongo...porque me hiciste ver que había sido un error mentirte...

-¿Y por qué no me lo dijistes cuando me acompañaste a casa? No lo entiendo...

-Porque fui un cobarde, lo admito...

-No creo que aunque me lo hubieses dicho las cosas hubiesen ocurrido de otra forma, porque mi cabeza no iba a cambiar sobre la fama, el dinero y ese mundo.

-¿Por qué tanto asco a ese mundo?¿Qué te ha hecho?

Noté en su tono de voz la curiosidad que le llevaba a preguntar, yo era una curiosidad en sí, un ser extraño y aún por descubrir en el planeta Tierra.

-Mucho -admití seria.

No quería hablar de ello, no quería abrir mi pasado porque si lo hacía no sería capaz de cerrarlo y quedaría expuesta totalmente, y vulnerable, más de lo que ya me había visto ese día .La luna estaba sustituyendo al sol en el cielo azul, manchado de tonalidades rosas sobre el agua del mar al otro lado de la calle y con las nubes transparentes flotando sobre la gran inmensidad azul mullidas, como almohadas sobre un lecho de pétalos rosas...simplemente encantador.

- Que estes aquí, ahora, conmigo...¿significa que me has perdonado por lo que hice? Por todo ello quiero decir, por todos y cada uno de los errores que he cometido en la semana que te conozco quiero decir...

-No te estas poniendo muy bien a ti mismo- dije entre risas.

Escuché como reía nervioso por lo que yo pudiera decir, mientras hacía que su dedo pulgar y índice chocaran una y otra vez como método de relajación, un tic, sin demasiado éxito.

- No en serio, te odio. Te prometo que te odio - dijo serio - no entiendo porque me haces estar tan inseguro, de normal me las llevo de calle ¿sabes? De calle.

Puse los ojos en blanco, eran esos comentarios los que me hacían darme cuenta de lo diferente que era su vida de la mía y de como era tan fácil para él decirlo como si nada mientras que a mi me parecía un acto de egocentrismo y de superioridad propio de la gente de su clase y no era su culpa, para nada.

- No hagas esos comentarios delante de la gente, pueden resultar molestos...

-Uy, pero si son la verdad...

Lo peor de todo era que se sorprendía de ello y no estaba fingiendo en absoluto.

-Das asco - él rió y a mi me sorprendió que se riera cuando no tenía ninguna gracia, era cierto - no, no te rías, que es en serio.

OppositesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora