El jueves llegó y tan solo quedaba un día para empezar el instituto, llevaba tres días sin salir de casa, de la cama al sofá y del sofá a la cama. El teléfono y tras él, Taylor, no habían dejado de sonar en todos esos días y Harry había venido el día anterior a verme y de hecho le había escuchado desde mi habitación, sin embargo, no tenía fuerzas para enfrentarme a él ni tampoco a Tay, ni si quiera a Sam. No quería escuchar las preguntas cotillas y entrometidas sobre el como o el porqué había conocido a ese chico y que nos había llevado a ir a cenar en tan solo dos días en la ciudad, quería permitirme el guardarmelo para mí misma ya que ese aspecto de mi vida había quedado liberado a la multitud en cierta manera. Tampoco es que quisiera esconderme, era algo que podía pasar tanto con él como con cualquier otra persona por tanto, debía afrontarlo con naturalidad.
Bajé a desayunar y cogí mi tazón de leche con cereales antes de aparecer por el salón. No le había escuchado entrar, pero le vi allí sentado en mi sofá junto a Sam jugando a un videojuego de esos de los que Sam era tan forofo. El pelo rizado húmedo por el agua del mar caí sobre su frente cuando corrió a abrazarme.
-¡Bella!- exclamó-¿como estás?
-Hola- susurré- si vienes a decirme algo sobre lo de las noticias, no quiero escucharlo.
Harry se mordió el labio inferior mientras se metía las manos en los bolsillos de sus vaqueros negros, un acto que casi era reflejo ya en él y me miró a los ojos.
-Venía a hablarte de eso ayer, pero me pareció que no te apetecía tocar ese tema...
-Acertaste- afirmé- ¿qué tal tú y Saints?
-Tiene playa- dijo aparentemete emocionado.
-Lo sé- sonreí y él me la devolvió , amable- todos los sitios a los que vamos tienen playa ¿no? Es casi una condición.
-La verdad es que sí, pero la ciudad en sí es una basura. Ni si quiera la recordaba así...parecía más grande ¿no?
-¡Después de Malibú ya no hay nada que nos pueda hacer ver esto grande!- exclamó Sam mientras destruía un tanque en ese dichoso videojuego- ¿sabeis que solo hay un cine?
Harry y yo reímos mientras él movía los dedos de sus manos de arriba a bajo sobre mis piernas, estuviesemos en la casa de quien estuviesemos las colocaba sobre las suyas y él ya sabía cual era su trabajo.
-Al niño de ciudad se le queda pequeña ¿no?- se burló Harry.
-Exactamente- murmuró Sam enfadado por su tono condescendiente- no tengo tres años, estoy harto de decirtelo.
-No, tienes dos menos que yo por tanto shhhhhh- insistió Harry en un afán por molestarle y hacerle saltar.
-Pues tampoco nos diferenciamos tanto- murmuró Sam por lo bajo.
Harry rió ante el comentario y prefirió no contestar para no ahondar en la herida, en los últimos meses, lo que más molestaba sin duda alguna a Sam era que le hablasen sobre lo pequeño que era y por tanto se había convertido en el centro de las burlas para Harry.
-Bells, Zack me dijo que te vió el otro día...
-Ah, que interesante ¿no?
Mi tono de neutralidad ante el asunto le impactó, no era totalmente natural ya que me estaba esforzando en parecer lo más desinteresada posible para que Harry también se lo transmitiese a él, y por muy amigo mío que era, sabía que lo haría.
- Me dijo que estaba muy arrepentido, y por tú bien creo que al menos deberías de hablarle. Y no me vengas con las de "es que tú no defiendes a tu mejor amiga" porque sabes que odio lo que hizo Bella.
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Opposites
RomanceBella llega a una ciudad desgraciadamente muy familiar para ella. Tras los seis años más difíciles de su vida cuando parecía que el día a día era una rutina, un giro de tres cientos sesenta grados cambiará su forma de ver las cosas, nuevas personas...