54. Amor

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Las manos de Will seguían en el mismo sitio que cuando habíamos comenzado la cena. Y mis ojos, mis ojos estaban posados en los suyos, que me miraban embelesados mientras le daba vueltas a mi plato.

- ¿En qué piensas? - me preguntó, indeciso de si debía o no preguntarlo.

- En como cambian las cosas, hace dos días ni si quiera quería saber nada de ti y ahora estoy aquí sentada y siento que eres la única persona capaz de sacarme del infierno de mi casa.

La mejor sonrisa que tenía Will se mostró en su cara y yo se la devolví.

- Te dije que lo conseguiría, que me perdonarías digo.

Bajé la cabeza y automáticamente enseriecí, no era un tema que me apeteciese sacar en ese momento pero sabía que si no lo hacía en ese instante no sería capaz de hacerlo  nunca y realmente necesitabamos arreglar las cosas, y tratar toda la basura antes de que la bolsa volviese a llenarse.

- ¿Crees que te lo mereces? - inquirí, sin mantener contacto visual con él.

- No... - respiró hondo y esperé a que dijese algo más porque yo no sabía muy bien que decir - sé el asco que te doy, y es el mismo asco que me doy a mi mismo... y sé que no deberías ni perdonarme. Si fueses mi hermana te mataría si volvieses a confiar en mí....

- No te estás poniendo en un pedestal que digamos - dije sarcástica.

- Lo sé - dijo soltando una risa seca - Bella, me arrepiento  cada vez que te miro a los ojos de lo que hice... me arrepiento de todo cada vez que recuerdo aquel momento en que te miré a los ojos y no encontré el brillo que tanto disfruto...cuando solo encontré lágrimas. No te puedes imaginar lo mal que lo...

- ¿Pasaste ? - inquirí irónica.

Rió, sin ganas, y yo reí con él, llena de sarcasmo. Esa vez no retiré  mi mano de la suya  porque realmente nome apetecía retirarla, me sentía cómoda, sin embargo, él estaba con la mirada fija en ese gesto, expectante a mi siguiente movimiento.

- Lo único que te voy a pedir es que...por favor....por favor, no lo vuelvas a hacer y ya no por ti y por esto...sino por mí.

- ¿Qué quieres decir con eso? - inquirió pensativo.

- Que no sé si seré capaz de aguantar otra de tus bromas, o de otros de tus desplantes así que por favor, no lo hagas probarlo.

Sabía que ese tema también resultaba escamoso para él, peor mucho menos a mí, ni si quiera sabía como explicarlo sin que sonase tan dramático como era. , así que mi esfuerzo estaba siendo mucho mayor que el suyo.

- No me lleves hasta el final Will, por favor, ya me llevaste una vez - murmuré - y no quiero volver.

Will bajó la vista y por primera vez, yo no me achanté ante él y aguanté su pena, y su reproche interno. Lo merecía,  se merecía ese reproche igual que yo no me merecíaese reproche igual que yo no me merecía todo el daño., y si no se lo daba entonces, sería peor, porque en mi interior seguía sintiendo ese temor, ese miedo a fallar, ese terror a que me fallase y ese pánico a no ser capaz de levantarme en la siguiente caída.

- Me asusta el poder hacerte daño de esa forma, porque yo jamás querría que tú te sintieses mal y jamás he hecho algo con esa intención.

- Pero lo hiciste... porque tienes ese poder sobre mí.

Me acarició la mano con suavidad, haciendo que sus ojos y los míos volviesen a encontrarse y entonces su sonrisa hizo que mis ojos se iluminasen tenuemente.

- ¿ Qué pasa por tu cabeza ahora? - susurró - me encanta saber en que piensas.... ¿se nota no?

- Pienso que me encantan tus ojos - confesé, sonrojada.

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