Hacía una semana que había leído esa noticia en el periodico esa noticia y realmente no sabía como decirle a mi padre que lo había buscado en Internet a pesar de haberle prometido que no volvería a tocar el asunto, se iba a enfadar y lo sabía pero por otra parte necesitaba aclarar el tema con él porque me habían surgido dudas al respecto y a cada segundo aumentaban un número más, al final acabarían desbordando mi cerebro.
-¡Bella!Por quinta vez, ¿te apetece ir a casa de James?Esta tarde toca su casa...¿recuerdas? - inquirió Will cansado de repetirme la frase en la oreja durante tantas veces.
-Eh, sí, sí...lo siento.
-Estás en otro mundo últimamente...
-Sí, en el mío - murmuré- tú y yo ya hemos hablado de eso...
Will se exasperó por mi contestación porque el día anterior ya había intentado hablar conmigo, obteniendo como respuesta gritos y una fuerte discusión sobre el porqué no tenía motivos para contarle ciertas cosas, ninguno de los dos quería repetirla a pesar de haber acabado como siempre, en miradas cómplices.
La comida estaba exactamente igual de mala que el resto de días que habíamos ido a comer a la cafetería del Instituto, sabía a plástico y la cocinera la servía con la alegría propia de un árbol seco. Ninguna. Muerta. Cero. Will me observó atentamente mientras masticaba mis patatas y en cuanto retiró la mirada aproveché para coger un trozo de su hamburguesa casera, preparada desde casa que estaba tan sumamente sabrosa que te hacía sentir como si no hubieses comido algo en condiciones durante años.
-¡Eh! - exclamó molesto - eso es mío.
Me la arrebató de las manos mientras yo me reía intentando no tirar la comida de la boca, disfrutando cada pedazo de esos dos trozos de pan con grasa en su interior.
-Está buenísima - suspiré.
-¿Quieres más? - inquirió.
-No, acabatela tú - murmuré mientras le robaba patatas a Tay.
-Gorrona - bromeó Will.
Me retiré el pelo de la cara mientras observaba el panorama en general, con Jack las cosas se habían relajado ya que había visto que no tenía nada que hacer , aunque el próximo conflicto no tardaría en llegar ya que las pruebas para el equipo se acercaban y los chicos se morían por apuntarse. Will se llevaba de maravilla con mi grupo ¡incluso con Zack! y eso me hacía triunfar a mí en dos aspectos: el primero era sin ninguna duda que podía estar con todos mis amigos a la vez sin sentirme mal por dejar a alguien de lado y el segundo era que Will había encontrado un grupo alejado de sus amigos millonarios- sin-respeto-por-nada-ni-nadie y se le veía contento, feliz.
Y luego estaba Will a solas, seguía intentando llevarme al punto al que él quería llevarme y sin embargo, yo seguía aguantando, fiel a lo que había dicho en su día: quería que me demostrase que no era como otras, quería que me demostrara que valía la pena apostar por él si es que me lo planteaba, pero cada día, en cada despedida se me hacía más complicado evitarle y el nudo en mi estomago se hacía más fuerte cuando mi corazón se enfadaba por mi actitud aunque mi cabeza me apoyase la gran parte de veces. Había llegado a la conclusión de que necesitaba algo más que eso, algo más que el beso que buscaba, algo que me hiciese reaccionar, pero si mi cabeza últimamente se mostraba de mi parte era porque ya no lo esperabamos, ni ella, ni yo...habíamos esperado una semana a que hiciese algo especial, a que hiciese algo original o a que dijese algo que me impactase y me hicese darme cuenta de que no era una cualquiera, si no lo había pillado ya no lo iba a entender. Había intentado besarme de nuevo, el domingo, con el mismo éxito que siempre.
Tras unos segundos de haber estado en silencio él había adelantado su rostro a mi cuerpo en el pequeño embarcadero de madera de su casa, pero yo me retiré a tiempo.
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Opposites
RomanceBella llega a una ciudad desgraciadamente muy familiar para ella. Tras los seis años más difíciles de su vida cuando parecía que el día a día era una rutina, un giro de tres cientos sesenta grados cambiará su forma de ver las cosas, nuevas personas...