El suelo estaba frío y el viento hacia que aún fuese peor, no sabía como había llegado allí pero había optado por el único sitio en el que nadie me molestaría. Estaba sola allí arriba, a esas horas no había ninguna persona cuerda que tuviese la idea de ir hasta el faro viejo, toda la ciudad dormía mientras yo abrazaba mis piernas para que el frío no me consumiese a mí. Estaba helada, literalmente casi y sin embargo, no había ningun sitio mejor que ese a las cinco de la mañana para poder estar en mi situación. Las lágrimas caían por mis mejillas mientras yo las hacía desaparecer con el dorso de mis manos tan rápido como caían. ¿Como podía haber alguien tan despiadado como para hacerle algo así a Sam? ¿Como podía haber alguien capaz de tratar a su hijo como una marioneta? ¿Y de ocultarles a sus hijos su propia vida? Nada humano podía ser así de cruel, nada humano excepto él : perfectamente capaz y voluntarioso a ello.
Sentía mi pecho subir hacia arriba y abajo y como mi respiración se aceleraba cada vez que pensaba en ello, mi móvil había vibrado más de cuarenta veces sin exagerar desde que me había ido de allí y sinceramente, no me importaba, no quería volver allí...a mi casa, donde mi padre nos mentía y jugaba con los sentimientos de sus hijos...no quería volver, simplemente quería retroceder en el tiempo hasta hacía seis años y rogarle a mi madre que me llevase con ella, solo eso, solo quería cambiar mi vida en ese sentido...olvidar todo ese tiempo y volver a la época en la que las sumas de matematicas eran mi mayor problema en la vida.
Me sorbi la nariz cuando se me hizo complicado respirar y me dí cuenta de la realidad de las cosas, de que no se podía volver al pasado porque yo estaba destinada a eso. Por más que lo intentase mi vida siempre serían continuas caídas y intentos de levantarme del suelo, intentos que acababan en caídas mayores. Ni si quiera me había dado cuenta de como había reaccionado ante mi madre realmente, había querido ir hacia ella cuando siempre, siempre, había pensado que al verla sentiría asco....y lo único que me había invadido era la curiosidad por saber el como. El como reaccionaría al verme, si sentiría asco, pena o amor. Si lloraría o se mantendría como si nada, si lloraría o me abrazaría...o si simplemente no me reconocería. Como un cachorrito que busca cariño en su padre, como si un niño pequeño busca el cobijo de uno de los padres ante un castigo...justo lo que era, una niña desvalida en busca del cariño que le habían faltado todos esos malditos años. Ni si quiera era lo que yo creía que era, ni si quiera tenía la fuerza que creía que tenía...ni si quiera eso...
- No es un buen sitio para estar a a las seis de la mañana de un domingo - susurró su voz a mi lado.
Cerré los ojos al darme cuenta de que Will estaba sentandose a mi lado, justo antes de quitarse su chaqueta y cubrirme a mi con ella. Tragué saliva y respiré hondo mientras rezaba porque no metiese el dedo en la yaga, porque no se hiciese el chulo o porque no me diese una mala noticia, porque no creía que fuese a ser capaz de soportarla.
- Llevamos buscandote cinco horas - susurró - debería de haberseme ocurrido antes...
Hundí mi cabeza sobre mis manos y dejé que las lágrimas se desbordasen, como ellas deseaban porque el poco control que tenía en mi vida, ya no existía. Permanecimos en silencio durante lo que parecieron horas mientras yo intentaba dejar de llorar, y dejar de hacer ruidos extraños mientras respiraba.
- Mi padre lo sabía - sollocé al fin - lo ha hecho a próposito...con Sam...
Sus brazos recorrieron mi cuerpo y me presionaron contra su cuerpo con fuerza, intentando calmarme, intentando que me olvidase de todo lo malo...pero era demasiado para dejarlo ir tan rápido.
- Escuchame bien, no puedes estar aquí para siempre Bella...
- Sí que puedo - sollocé contra su camisa.
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Opposites
RomanceBella llega a una ciudad desgraciadamente muy familiar para ella. Tras los seis años más difíciles de su vida cuando parecía que el día a día era una rutina, un giro de tres cientos sesenta grados cambiará su forma de ver las cosas, nuevas personas...