El cansancio se estaba haciendo paso en mí, en cuanto subí a mi habitación caí rendida sobre el colchón, sin ni si quiera pararme unos segundos a pensar en lo maravilloso que había sido ese día... o al menos en parte, al menos esa noche había sido única. Y si le hubiera dedicado esos instantes a pensar, hubiera acabado dandole vueltas al día siguiente, al encuentro con mi madre...y era algo que no podía permitirme a decir verdad.
Desperté temprano, con tiempo para ducharme y ir a clase sin prisas, con tiempo para comprobar que Sam se levantaba iba a clase sin escabullirse...sabía que no estaba siendo un buen fin de semana para él y no quería que se librase de sus obligaciones, habíamos pasado cosas peores, podíamos superar eso de nuevo.
-¿ Desayunas aquí? - preguntó en un bostezo.
Observé como se retiraba el pelo rubio que caía, liso, sobre su frente mientras se ponía un tazón de cereales tan grande como mis dos manos y reí, porque sabía que después de los cereales se tomaría dos tostadas con nutella y crema de cacahuetes y un vaso de zumo de naranja, un desayuno completo, equivalente a dos veces el mío.
- No, tomaré algo de camino a clase glotón - bromeé, mientras cogía mi mochila, que estaba en el sofá.
Abracé a Harry cuando le vi de camino al instituto, había escogido ese camino sabiendo perfectamente que le encontraría en su cafetería preferida. Tras pedir un café grande para llevar cada uno, volvimos a la calle donde la gente caminaba ajetreada de un lado para otro, algunos hacia el trabajo y otros a hacer la compra del día o al colegio, como nosotros. Tomé un largo sorbo de café para activarme y prepararme para el día que me esperaba, porque no, no se me había olvidado el encuentro más importante que tenía en ese día.
-¿ Qué has hecho este fin de semana? – inquirió dando un largo trago a su pedido.
- Nada especial – mentí.
-¿Nada con Will?
Me sonrojé al instante y Harry rió, era imposible mentirle en ese tema, no era demasiado buena de normal pero cuando se trataba de Will y los ojos verdes como esmeraldas de Harry me observaban , se me hacía totalmente imposible mentirle.
-Me sorprende que sigas intentando mentirme con este tema – dijo burlón.
- ¿Qué hicisteis después de que os marchaseis el viernes?
- Volver a casa – suspiré.
Me encantó no tener que mentirle al menos por esa vez, porque era totalmente cierto.
- Y en qué punto estais ahora?
Bebí otro trago de mi café mientras intentaba darme tiempo para poder responderle a mi mejor amigo, pero lo cierto era que ni si quiera podía responderme a mi misma, lo cual era triste. Me encogí de hombros, sin saber muy bien por donde salir. Le quería, quería a Will…. Y él me quería, o eso pensaba él…. Y eso pensaba yo también, y realmente quería pensarlo por tanto lo iba a pensar. No habíamos hablado de que eramos exactamente, pero si que sabía que quería ser, aunque quizá era demasiado pronto para proclamarlo a los cuatro vientos, prefería tener una conversación con él antes de meter la pata hasta el fondo.
- No seas esa chica Bella...
La voz de Harry me sacó de mi ensimismamiento, y me dí cuenta de que había estado totalmente en otro mundo durante al menos diez minutos, intenté reengancharme a la conversación pero me había perdido, ya no sabía de que hablabamos.
- ¿Qué chica? – pregunté confusa, entre sorbos.
- La chica que siempre vuelve a él, la que está ahí haga lo que haga y diga lo que diga… no seas la chica que aguanta todo porque esta enamorada, porque sin él no es lo mismo, habrá más Bella y volverás a enamorarte….pero no seas esa chica por favor.
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Opposites
RomanceBella llega a una ciudad desgraciadamente muy familiar para ella. Tras los seis años más difíciles de su vida cuando parecía que el día a día era una rutina, un giro de tres cientos sesenta grados cambiará su forma de ver las cosas, nuevas personas...