9.Cambios

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-¿Vas a decirme la verdad sobre esas cicatrices? Toda la verdad quiero decir...

-Tal y como tu dices "eres solo una desconocida"

Simplemente no quería contarmelo, como si eso supusiese un cambio drástico en mi vida, una decepción de la que no poder recuperarme. Sin embargo, solo me molestaba el hecho de que me creyese tan estúpida como para creerme esa burda mentira.

-Hola, Tierra llamandote- dijo él con teatralidad.

-De veinticuatro horas paso veinte empanada, ensimismada en mi mundo  y sinceramente...me encanta...

-Eres muuuuuuy rara-suspiró.

-Espera espera, que me ha venido la inspiración y voy a hacer uno de esos dilemas de los tuyos con el nombre como antes. Atento- observé su sonrisa divertida cruzar su rostro y reí- ¿y realmente no es eso bueno?¿o lo bueno es encontrarse en una sociedad llena de copias y admitir que tú tan solo eres una más?¿no es mejor llevar la vida que quieres llevar y ser como tu quieres ser? Yo personalmente, prefiero ser un ser único y original por muy malo que sea, a ser una copia de alguien que no es yo...

-Creo que es lo único acertado que has dicho en todo el día...-murmuró convencido- realmente tienes razón.

-Lo dice quien parece el típico chico rico pijo con ganas de arruinar el día de la gente, así que realmente no me consuela.

-Quizá no es oro todo lo que reluce ni carbón todo lo que nos compone...

Me había retirado los ojos, y miraba sus zapatillas mientras yo jugaba con el césped.

-¿Me intentas decir que todo eso del inútil-tira-móviles-insulta-chicas , es tan solo una coraza?¿Realmente dices eso?

-No lo sé, puede ser, a lo mejor...sí...ni si quiera sé porque estoy hablando esto contigo ¿sabes?

-Porque con los desconocidos resulta más fácil hablar ¿no?

-Sigo diciendo que las preguntas aquí las hago yo

Cambió de tema, componiendo una sonrisa y yo le seguí la corriente.

-¿Por qué no te gusta Saints?¿Qué le ocurre a este sitio?

No quería contestar, realmente no quería contestar a esa pregunta, dejar ver todo lo que me atormentaba tras una sola respuesta era inaceptable para mí misma, tenía que optar por contar otra excusa que resultase creíble y que en parte, obviamente, era cierta.

-Es un pueblucho de mala muerte, la gente da tantas nauseas como el sito en sí, ni si quiera se le puede considerar ciudad...no sé como voy a aguantar aquí un año entero la verdad...

-¿Solo vas a vivir aquí un año?¿Y eso?

-Ojalá solo sea así, o sea, no lo sé aún, pero son mis planes y si nada cambia probablemente tan solo tenga que sufrir aquí un maldito año...

-Si tu padre es de aquí....¿no tienes familia o algo? No sé, algo así...

La conversación estaba yendo por un camino que a mí personalmente me disgustaba en especial, no quería hablar de algo que no tenía y fingir interés en un asunto que realmente me hería por dentro a cada palabra que pronunciaba al respecto. Lo cierto, es que sí que tenía familia, es decir, tenía a algo que podia considerar familia aquí; por un lado mis abuelos paternos a quienes quería como a mi vida, ellos habían venido a vernos anualmente varias veces a cada lugar del país en el que habíamos estado...y luego estaban ellos, los otros. No tenía claro el porqué, si era por evitar sus recuerdos o los nuestros, pero no habíamos vuelto a saber más de ellos...mis abuelos maternos estaban desaparecidos en combate, hacía casi seis años que no les había visto y tampoco sabía como reaccionaría al verlos, no tenía claro que haría, no había asumido que podía suponer para mí esa situación y a decir verdad, tampoco sabía si a ellos les gustaría encontrarme, y para ser realistas tampoco veía viable la opción de que nos reconociesen...ni si quiera recibían fotos nuestras, ni cartas, ni nada....era imposible...

- Venga, levanta, empanada por segunda vez- dijo riendo- es hora de ir a comer...

-Ahora es cuando me llevas a uno de esos restaurantes en los que te ponen comida en pegotes y parece que seas un pez por la cantidad escasa de comida ¿no?

Rió sin contestarme, y para mi sorpresa me llevó a un bar de hamburguesas donde me obligó prácticamente a comerme una hamburguesa de queso doble que a penas me entraba en la boca por lo enorme que era, él se dedicó a mirarme principalmente ya que tardé casi el doble que él, la mayor parte del tiempo pensando en como conseguiría acabarmela sin vomitar antes.

Por la tarde simplemente volvimos a la playa, tal y como yo sabía no había mucho más que hacer en ese lugar, y en una mañana ya lo habíamos hecho todo, fue una mezcla de eso y de que ambos necesitabamos reposar toda esa grasa en algun sitio, dejar que bajase y que nuestro estómago la digiriese.

-Son las siete, así que vas a volver a casa y te vas a cambiar de ropa para ir a cenar ¿de acuerdo?Quedamos aquí dentro de hora y media

-¿Por qué me tengo que cambiar de ropa si a mi me gusta esta?- pregunté desafiante.

-Porque a mi no....- contestó retórico- no quiero ir a un sito medianamente elegante con alguien  vestido de la forma en la que visten las personas a las que doy calderilla en la puerta del supermercado...

Le miré directamente sin decir nada, intentando ver si realmente lo decía en serio ya que yo me veía claramente bien vestida a pesar de que la ropa quizá estuviese un tanto sucia y desgastada del día.

-¿Y si a mi no me gusta como tu vas?

-¿Te he preguntado a caso?- inquirió.

No iba a cambiar por él por tanto cuando llegué a mi casa me mentalicé a mi misma de que quedaban pocas horas para perderle de vista, me enfundé mis pantalones negros favoritos y me abotoné una camisa hasta el cuello de color azul a juego de mis bailarinas. Realmente me gustaba esa ropa, me sentía cómoda y no veía necesidad de arreglarme más, aunque cuando le vi a él de pie sobre el escalón del paseo marítimo, me arrepentí de no haberme puesto alguno de los varios vestidos que descansaban intactos sobre mis perchas. La camisa azul verdosa le sentaba ceñida y realmente le quedaba bien, comparado conmigo parecíamos la vagabunda y el millonario...y por una parte quizá era incluso bueno eso, así le haría pagar con verguenza por los malos ratos y el trato que estaba recibiendo.

-¿Qué no habías entendido de arreglarte?- preguntó irónico.

-¡Oh, vaya, señores de los cielos, este chico tendrá que cargar en su conciencia con haber sido visto con una chica en vaqueros negros!

Estallé en risas mientras él hacía un signo de negación con la cabeza, la noche iba a ser movidita.

OppositesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora