4. Diversión

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El dolor se había apoderado de mi corazón, y ya no sentía nada absolutamente a excepción de un zumbido en mi oído. La voz de Zack resonaba en mi cabeza a lo largo de un camino a la puerta principal que me resultó el más largo de mi vida. Sin lágrimas, fiel a mi misma a pesar de las ganas que tenía de romper en ellas. Me mantuve lo suficientemente estable como para controlar mi respiración hasta que él me alcanzó, mientras sus pasos se hacían más sonoros llegué a mitad de la calle, intentando escapar sin embargo me mentalicé de la frialdad con la que debía actuar antes de que su mano agarrase mi muñeca con fuerza, deteniendome a mí.

-¡Bella!¡Bella no es lo que...!-exclamó.

Respiré hondo antes de focalizar mi voz.

-Sueltame inmediatamente-escupí-¿es cierto?

-No quería hacerte daño, nunca he querido hacer algo así de verdad. Creeme.

-¿Es cierto Zack?-repetí.

Observé sus ojos atentamente, buscando un atisbo del Zack de quien había estado enamorada toda mi adolescencia pero tan solo me encontraba con un ser despreciable y nauseabundo que no se correspondía con mis recuerdos en absoluto.

-Sí-susurró cabizbajo.

-¿Por qué?-pregunté derrotada- ¿por qué tuve que ser yo?

- Porque me gustabas...

- ¡Tenías novia Zack!¡Y no me lo dijiste!¡Me ocultastes que tenías novia para poder tenerme a mi y a ella!¿Te divertió el juego?-grité.

-Bella....

-¿TE DIVERTIÓ?-grité.

- Lo siento muchísimo Bella perdoname...

-Vuelve allí, con tus amigos y sigue riendote de mi ¿de acuerdo? Te doy permiso para que sigas riendote de mí y de lo estúpida que era y que soy.

- Me gustabas Bella creeme...

-¿Tú quieres que te perdone? De acuerdo, te perdono, perdono cada una de las risas que te has echado a mi favor- dije con los ojos cerrados y la mandíbula apretada- te perdono todo de verdad, todo. Y a cambio solo te pido una cosa....Alejate de mi. Alejate tanto como puedas, vete de la ciudad, donde sea pero lejos, no quiero verte ni oírte ni leer mensajes tuyos, no quiero nada.... confiaba en ti, y yo confío en muy poca gente y lo peor de todo ¿sabes qué es? Que lo sabías, sabes todo y cada una de las cosas que he pasado y te dió igual todo...creía que eras diferente Zack...

-Bella por favor...-susurró.

-Zack LARGO- murmuró Harry.

Harry estaba detrás de Zack, y cuando este se dió la vuelta encaminandose a la casa yo me la di hacia el otro extremo de la calle, quería volver a casa fuese como fuese no importaba, como si tenía que hacer autostop. Solo quería volver...un pinchazo se clavó en mi corazón y recorrió cada célula de mi cuerpo, sentía como mi temperatura aumentaba como si tuviese fiebre...era una sensación extraña, como si tuviese energía contenida luchando por salir. Comencé a correr en contra de dirección pero Harry y su cuerpo atlético no tardaron en alcanzarme y abrazarme por la espalda.

-¡Para!¡Basta!¡Bella para!

Grité. Grité como nadie me había oído jamás, necesitaba liberarme de todas y cada una de las cadenas de mi vida, lo necesitaba o acabaría estallando. Harry me abrazó con fuerza, con sus rizos sobre mi cabeza, intentando calmarme, intentando apagar un fuego que llevaba demasiado tiempo escondido en mi interior y yo ni si quiera lo sabía..

Harry me acompañó a casa en silencio mientras sentía cada pedazo en mi interior derrumbarse una y otra vez....hasta que llegamos al jardín frente a mi puerta.

- Es aquí- susurré.

-No me gusta el tono de tu voz, sin alma sin corazón, Bella por favor dime algo....

-Lo sabías, lo sabías y no me lo dijiste, lo sabíais todos hasta Taylor y me lo habeis ocultado todo este tiempo...

-Bella lo siento, pero no creía que arreglase nada diciendotelo...por favor no te enfades...

- Si me enfado contigo y con Taylor y con Sam.... ¿qué me queda? Nada.

-Bella...-susurró.

No le había mirado a los ojos en toda la conversación por miedo a derrumbarme.

-No quiero dejarte ahí sabiendo que en cuanto pases por esa puerta vas a hundirte.

Sin mediar palabra subí a mi habitación, y cerré la puerta tras de mí, cayendo al suelo arrastrandome por ella hasta tocar el suelo con las manos...ni si quiera podía confiar en las personas que consideraba mis mejores amigos, era demasiado triste hasta para mi.

Ni si quiera sé ni como acabé en mi cama, lo siguiente que recuerdo es la cara de esa mujer. La tenía grabada a fuego en mi mente, un fuego que se reaviva cada noche en mi cabeza, la veía irse de esa casa mirando atrás de nuevo...y cada maldita noche durante siete años el final era el mismo, se marchaba sin importarle mis lágrimas ni yo en general.

OppositesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora