Miré a Harry a los ojos directamente, porque si como broma de mal gusto no tenía ninguna gracia y comprobé la realidad de sus ojos que no me mentían en ese momento. Dejé el papel sobre la mesa y me apoyé en ella para poder soportar la presión que la miraba incisiva de Harry estaba aplicando sobre mi.
-¿Has hablado con él?-pregunté.
-Me ha preguntado sobre si ibas a a salir ¿debería decirle algo cuando me vaya?
-No, no le digas nada dile que se vaya.
-Bella ese chico lleva ahí fuera desde ayer, no tengo claro que no se merezca una respuesta a lo que sea que quiere.
-No seas su defensor Harry...
-No lo seré- se excusó.
-Yo me las apañaré con este tema ¿vale? ¿Te parece bien si nos vemos luego? Ahora tengo cosas que hacer.
-¡Genial!-exclamó- pero llamame ¿vale?No te olvides de mi.
Se acercó a mi para darme un pequeño abrazo antes de irse y hundí mi cabeza en su pelo antes de que desapareciese por la puerta principal. Me sacudí el pelo con la mirada clavada en los recortes sobre la mesa, pensando en como borrar de mi vida los últimos dos días sin recordar absolutamente nada de ello. Volví a coger los dos sobres y vi las fotografías de esos recortes, era él, no podía fingir que no era él ni leer la nota que había escrito y simplemente creerle. No quería hacerlo tampoco, solo quería alejarme de él o llegaría un momento en el que mi casa estaría rodeada de camaras intentando averiguar cosas sobre mi vida, una vida alejada de todo eso y que por mi propio bien debía permanecer así. Yo no quería juntarme con gente así, yo no quería que se me relacionase con alguien digno de esas actuaciones, yo era distinta y quería seguir siendolo. Lo que me faltaba en mi desastrosa vida era justamente eso, problemas y mentiras, gente que me utilizase y hiciese conmigo su voluntad y en efecto, en una semana ya iban dos casos de algo muy similar.
No me hizo falta más para decidir que hacer, cogí los recortes, el trozo de papel escrito con sus propias manos y los sobres, no quería tener que ver con nada de eso más allá de ese momento. Cuando me quise dar cuenta, mientras me esforzaba por calmarme y estructurar dos palabras seguidas en mi mente a la hora de enfrentarme a él, estaba fuera, en el jardín y era cierto, él estaba ahí. El chico rubio de la tele y el periódico estaba sentado de espaldas a mí y se giró en cuanto escuchó los pasos bajando por los escalones del porche de madera. Él estaba allí, como Harry había dicho aunque yo por un momento había esperado que no fuese así, que Harry simplemente se hubiese equivocado y no fuese cierto, pero lo era.
-Bel...-susurró Will.
Lancé con la mano desde el último escalón tanto los sobres como los recortes y lo que él había escrito, con la suficiente fuerza para que aterrizasen sobre el césped cercano a él y estuviesen a su alcance.
-¿Sabes quien eres? Alguien que no quiero conocer más allá de donde ya sé. Quedate con todo eso, no me interesa.
-Bella...
Avancé unos pasos hasta quedar a escasos metros de él.
-Largate de mi casa, esta es mi propiedad y tu no puedes estar aqui día y noche porque simplemente no creo que la policía lo aceptase si les llamase.
-¿Es una amenaza?
Observé como se levantaba del suelo cuidadosamente y se acercó a mí, yo retrocedí instintivamente.
-No quiero verte ni hablar contigo y mucho menos arreglar lo que sea que quieres arreglar...
-¿De qué tienes miedo?¿De que pueda gustarte como soy? No lo entiendo...
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Opposites
RomanceBella llega a una ciudad desgraciadamente muy familiar para ella. Tras los seis años más difíciles de su vida cuando parecía que el día a día era una rutina, un giro de tres cientos sesenta grados cambiará su forma de ver las cosas, nuevas personas...