No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos.
O. K. Berhardt.
Después de distraerse con todo lo que ha estado mirando, me hace una pregunta, con ella me muestra todo el interés que le despiertan los diseños que no ha dejado de revisar
— ¿Son nuevos?.... — sin dejar de detallarlos.
Ni se dónde tiene puesta la atención, si en lo que está mirando, o en lo que le despierta mi cercanía.
— ¡Si!
— ¿Cómo vas?
— Mal.... — al escucharme agranda los ojos. — Pésimo se puede decir. — con un suspiro expreso la confusión que me tiene tan descompuesto.
Al escucharme se gira para mirarme, lo hace casi al instante.
El brillo en sus pupilas pareciera convertirlas en dos perlas completamente azules.
— ¿Por?
— Son originales, solo son los primeros, y para más joda quedaron horrendos, imagínate el resto, le he hecho de todo y no he sido capaz de mejorarlos, apenas los monto de una se deforman, le aparecen cualquier clase de arrugas, me tienen mamado, nada de lo que le hago sirven para medio arreglarlos. — me paso la mano por el lateral de la cabeza para alisarme el manojo de pelos en lo que se ha convertido mi cabello.
Más que un gesto, es la manera como busco liberarme, porque esa forma extraña de sometimiento que me produce cada que la tengo cerca, es un desconcierto que me apabulla de una forma que nos soy capaz de comprenderlo.
— Cada que le hago alguna cosa, así sea lo más mínimo, empeoran, pierden completamente la forma, le he hecho tantos cambios que ya han perdido el estilo original, en lo que se han convertido no compensan el esfuerzo, todo lo que he intentado no han servido para nada, ha sido una maldita pérdida de tiempo. — mi desanimo casi se puede tocar.
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LAYLA Y LU.
RandomQuieren conocer las pilatunas que a veces nos juega el corazón, bueno pues he aquí una de ella. Esta es una historia simple, sin muchos aspavientos para volverse inolvidable, a veces enamorarse nos vuelve cursis, quien no ha sentido los estropicios...