25

2 1 0
                                    

"El amor nunca tiene razones, y la falta de él, tampoco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"El amor nunca tiene razones, y la falta de él, tampoco. Todo son milagros".

                                                                                     Eugene O' Neil.

                                                                                     Eugene O' Neil

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La casa de mis padres es de dos pisos.

En el primero hay un servicio de baño, este se utiliza para las visitas, o para cualquier otra emergencia.

Allí es donde decidimos darnos la ducha, no es la primera vez que lo hacemos en esta clase de sitio, pero en este, esta noche lo vamos a inaugurar.

Esperamos un rato con ella sentada sobre mis piernas, colgada de mi cuello, con sus labios en lo míos, con su lengua dentro de mi boca, atrapándola como si fuese un pulpo, o como una especie de ventosa, me sorbe el aliento, esto enloquece mis sentidos los cuales parecen gritarme alegorías sin palabras por lo acelerado que siento a corazón.

Cómo no la voy a querer, como no la voy adorar si se me entrega de esta forma tan completa, haciéndome su dueño y apropiándose de todo lo que tengo y de todo lo que soy.

Así es la grandeza de nuestro sentimiento, somos dueños cada uno del otro y cada uno de nosotros es dueños de los dos, porque como somos uno solo en ambos, ambos somos en cada uno.

Mis manos toman vida y se deslizan por sus formas, son como impúdicos tentáculos, estos parecieran solazarse con todo lo que palpan, primero con la delicadeza de su piel y después con las formas mórbidas de su cuerpo.

Las meto por debajo de su blusa y se la saco por arriba de la cabeza, lo primero que acaricio son sus hombros, luego la espalda, entonces aprovecho para quitarle la prenda que cubre sus dos hermosas colinas, me enloquecen con solo contemplarlas, son una maravilla, solo puedo acariciarlos porque ella me tiene atrapada la boca.

Cuando se colma, se separa y me toma el rostro con las manos, me roza de manera tan tenue que apenas la siento, vuelve a mis labios y me dice en un murmullo que suena como un balbuceo.

-Escucha esto mi vida, escucha esto, jamás amare a otro, si algún día nos separamos jamás volveré amar a nadie, siempre te amare a ti, nunca seré capaz de brindarle este cariño a alguien que no seas tú. — y ni siquiera me deja responder.

LAYLA Y LU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora