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No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy

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No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy.

                                                               Gregorio Marañón.

Desnudarla fue uno de los momentos más sublime que he vivido en todo lo que tengo de vida.

Estando de pies, se pegó a mi cuerpo haciéndome notar sus mórbidas formas, esto me encendió hasta los límites de mis deseos, levantó el rostro y me tomo suavemente de la cintura en un gesto de total entrega, de infinito sometimiento.

Se dejó besar cerrando los ojos y se menguó en forma completamente laxa.

— ¿Que tienes que te siento tan... dócil?

— Hoy me siento esclava de ti, cariño.

— ¿Tú esclava?... ¡jo!... — fue instintivo.

Mi risa sonó con una especie de sobresalto.

Sin dejar de reír apenas le respondí.

— ¡Jo!... ¡si tú eres la que manda!

Pero ella estaba tan afectuosa que no tuvo en cuenta mi respuesta.

— Esta noche quiero que el dueño seas tú, nene.

— ¿Porque lo haces?.... eres la homenajeada.

— Porque tan solo con tenerte ya me has dado el mejor regalo que jamás soñé recibir alguna vez de nadie.

— No aspiras a mucho, según por lo que veo.

— No te desvalorices cariño, eres tan importante y tan necesario para mí que así la vida me quite todo, con que solo me quedes tú con eso seré tan feliz que no te lo llegas a creer nunca.

— Por eso es que te digo que aspiras a muy poco.

— Porque no te aprecias, ¿ah?

— Porque solo con que me permitas mirarte con eso me doy por bien servido.

— Si ve, tú me criticas diciéndome que yo aspiro a casi nada y mírate tú con lo poco que te conformas.

— Si supieras cuan bella eres nunca dirías una cosa como esa, con solo mírate llena todas las expectativas de los que mínimamente te perciban.

— ¡Nunca me dejes de querer! mi amor! — más que una exclamación de sus sentimientos fue un ruego que le nació desde lo más íntimo de su ser.

Y prácticamente se aferró a mi cintura.

La bese en el cabello y le dije sintiendo como mi corazón pareciera quererseme salir del pecho.

LAYLA Y LU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora