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Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá

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Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá.

                                                                               Miguel de Unamuno.

                                                                               Miguel de Unamuno

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No le importa lo que siento, lo que piense, lo que crea, no tiene en cuenta nada de lo que soy, lo que le represento, lo mío parece no significarle nada, simplemente soy uno más con el que puede satisfacer sus instintos, sus deseos, sus desvaríos, es algo que me enfurece de tal forma que jamás me lo llegue a imaginar siquiera.

— Ahora esto es lo que soy para ti, ¿un simple objeto con los que te puedes saciar según sean tus ansias?

— ¿Por qué lo dices? — no entiende la pregunta por eso entre arruga el entrecejo.

Y pinta una mirada de desconcierto.

Estaba tan ensimismada en todo lo que hacía que nunca tuvo en cuenta a lo que a mí me podía estar pasando.

— ¿Ya no te importo? — le inquiero con tristeza. — ¿No te interesa si siento placer, si siento dolor, nada de eso te preocupa, verdad, solo piensas en mí para satisfacer tus instintos?

— ¡¿Porque me estás diciendo eso maldita sea?!

— ¡Porque jamás me volverás a tocar, jamás, nunca más volveré a ser tu juguete, conmigo no volverás a calmar tu lujuria, nunca, te quedó claro, nunca!

— ¡Pero... pero... pero que dices!.... — y de una le corto el viaje.

— Ni te diste cuenta, ja... qué pena. — sonrío sardónico. — Qué vergüenza, pero como es a mí al que le sucede parece que para ti eso no te causa ningún inconveniente, ¿verdad? — resoplo fuerte.

También paso saliva porque siento tan reseca la garganta que casi no puedo hablar.

— A ti lo único que te importa es satisfacer tus necesidades, lo que suceda de ahí para allá ni siquiera te vale, ¿no es así?

LAYLA Y LU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora