"Ámame sin preguntas, que yo te amaré sin respuestas"
Anónimo.
Cuando estamos cenando llega mi Papá.
— ¡Hola tesoros!
— ¡Papi! — contesto feliz.
Dichosa a más no poder.
— Hola, Papá. — contesta Lu.
Él es más seco pero aun así suena muy efusivo.
— Hola, mi vida. — responde mi Mamá.
— ¡¡Ohh... jojojo!! — no se contiene y suelta una risotada burlona. — Parece que estuviésemos interpretando una obra de teatro, todos como si declamáramos, como recitando lecciones aprendidas de memoria, y en orden para que suene más chistoso. — la hilaridad ni siquiera la disimula. — Cada uno en su rol, en su acto, en su respectivo turno. — no deja la recocha. — No, es como si estuviésemos en una guarnición, ¡a discreción arr! — y se pone la mano en la frente haciendo el gesto característico del respeto militar.
Ahora nos reímos los cuatro y a carcajada limpia para mi mayor alegría.
Riendo por la respuesta besa en los labios a mi madre, después nos besa en la mejilla primero a mí y después a Lu.
Y a mí me encara primero.
— A ver mi tesoro, ¿cómo te fue en tus exámenes finales?
— ¡Muy, muy bien gracias a Dios, yo diría que excelente!
— Sabes una cosa cariño, para que lo sepas eso nunca lo he puesto en duda, te considero una chica muy.... juiciosita. — girando la cabeza para mirarlos.
Y les hace un guiño.
También lo acompaña con una sonrisita que le sale llena de malicia, y claro como mi temperamento está a flor de piel por la cercanía del chico que me roba hasta el resuello de una me revoto.
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LAYLA Y LU.
RandomQuieren conocer las pilatunas que a veces nos juega el corazón, bueno pues he aquí una de ella. Esta es una historia simple, sin muchos aspavientos para volverse inolvidable, a veces enamorarse nos vuelve cursis, quien no ha sentido los estropicios...