Y es que el amor no necesita ser entendido, simplemente necesita ser demostrado.
Paulo Coelho.
Ya estamos de regreso.
El pueblito, un paraíso, encantador, agradable, perfecto
Allí viviremos, seremos marido y mujer, allí tendremos nuestros hijos, claro, si el de arriba lo permite.
Es una hermosa vivienda, inmensa, acorde a la grandeza de nuestros sentimientos.
Grande, antigua, acogedora, intima, soñada para que sea el nido de nuestro cariño.
Dos pisos.
En el primero; una gran cocina, también una infinita sala y un inmenso comedor, un servicio de baño, patio gigante para que los niños jueguen y una coqueta piscina, el sueño de ambos.
Un gran estudio, ese, su sitio de trabajo, nunca lo podrá dejar, será mi representante en el negocio de los diseños, eso nos dará para vivir.
En el segundo, cuatro habitaciones con baño, la principal con mirador hacia la calle, un gran salón, ese será mi taller, una especie de estudio, una salita pequeña donde instalaremos el futón.
Ese siempre ira con nosotros.
Tiene muchos secretos.
Imposible de abandonarlo, desecharlo, ni de fundas.
Recorrimos casi todo el pueblo y nos besamos en los lugares más emblemáticos, en el parque, a la entrada de la iglesia, en la panadería, en el bar, en la discoteca, en la pizzería, en el restaurante, en un taxi, en la habitación del hotel, claro que en la última, aparte de dormir también hicimos el amor.
Somos dos locos enfebrecidos que no desperdiciamos ningún instante para querernos con las ansias que siempre nos arrebatan.
Ella siempre quiere tenerme dentro y yo no quiero abandonar ese lugar nunca.
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LAYLA Y LU.
RandomQuieren conocer las pilatunas que a veces nos juega el corazón, bueno pues he aquí una de ella. Esta es una historia simple, sin muchos aspavientos para volverse inolvidable, a veces enamorarse nos vuelve cursis, quien no ha sentido los estropicios...