Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.
Fiodor Dostoievski.
El espectáculo bochornoso que viví por la aparición de la chica que vino a lucir los modelos que le faltaban por entregar, fue la razón por la cual se aumentó el sufrimiento que tanto lastima a mi corazón,
Su sola presencia agudizo la tragedia que estoy viviendo, todo debido a la confusión suscitada por la forma como me encontró cuando bailaba con Ricardo.
Si me dejará explicarle cómo fue que llegamos a esa situación, estaríamos amándonos como no nos lo imaginamos siquiera.
Pero no...
Ese es uno de los motivos por la cual se ha aumentado mi tragedia, también lo que me aleja del ser que tanto amo y que no parece haber un mínimo acercamiento, para poder aclarar de una vez por todas, este maldito malentendido que cada día nos separa más y que no se ve en el horizonte, ninguna tipo de solución.
Atentó contra mi dignidad, eso es algo que no se lo voy a permitir por mucho amor que le tenga.
Decir sin ningún sonrojo que estaba jugando por partida doble, teniendo un hombre en la capital para que me acompañara en los momentos de soledad que pasaba cuando estaba separados, y tenerlo a él aquí, fue lo que rebozó la copa que me sacó de mis casillas.
Creer que estoy jugando con sus sentimientos fue lo que arraso con los poquitos arrestos que aún no había perdido en su totalidad.
No me había dado ninguna oportunidad de defenderme, pero si se atrevió a insinuar que soy una mujer que no tiene respeto por nadie, eso fue lo que colmo la poca paciencia que aún había podido conservar.
Jamás me pasó por la cabeza que lo llegaría a golpear, pero de verdad que no fui capaz de controlarme, nunca me había ofendido de esa manera grosera, eso hizo que perdiera los estribos, sinceramente no me arrepiento de la actitud que tomé para defender mi dignidad, porque una cosa es que lo ame más que a mi propia vida, y otra muy diferente que le permita que me falte al respeto, sin tener ninguna razón para insultarme de esa manera tan soez.
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LAYLA Y LU.
AcakQuieren conocer las pilatunas que a veces nos juega el corazón, bueno pues he aquí una de ella. Esta es una historia simple, sin muchos aspavientos para volverse inolvidable, a veces enamorarse nos vuelve cursis, quien no ha sentido los estropicios...