24

7 0 0
                                    

El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeresque el que ha conocido mil

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeresque el que ha conocido mil.  

                                                                         Leon Tolstoi.

                                                                         Leon Tolstoi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al analizar sus respuestas, me planteo nuevos interrogantes sobre el futuro de nuestra relación.

Layla ya no va a estar conmigo de la misma forma como lo ha hecho hasta ahora; van a ver días en los que tal vez no nos veamos pues va a tener que viajar sola o en compañía de otras personas, va estar en otras ciudades, en otros sitios, en fiestas y reuniones donde yo no voy a poder estar acompañándola, defendiéndola, va a estar rodeada de hombres en situaciones donde la van asediar, la van a seducir, van a intentar conquistarla, enamorarla y hasta agredirla sin que yo pueda estar cerca para protegerla.

Recibirá muchas propuestas, todas de diferente calibre y muchas de ellas yo no me voy a enterar; nuestro cariño y nuestros sentimientos siempre han estado relacionado con nuestro entorno familiar, ahora va a estar expuesta a la vista de todos, va a tener oportunidad de comparar nuestra relación, nuestro comportamiento, nuestra forma de tratarnos, nuestra manera de demostrarnos cuán grande es esto que sentimos, descubrirá que hay otras estilos, otras modos, otros medios, otras actitudes.

El solo pensarlo me desquicia y me enloquece, me saca de mis cabales y lo que más me destroza es que no puedo evitar sentir esta maldita zozobra; no me ha dado motivos pero aun así siento como mi pecho se encoge, se arruga, se constriñe.

Tengo que sacarme esto de cualquier forma, porque si no lo hago, seguro que la perderé y después ya no habrá forma de recuperarla.

Descargada sobre mi pecho, descubro que su forma de respirar es cadencioso y como su cuerpo no se mueve, asumo que está dormida; como no puedo ver su rostro, ella tampoco puede notar cuando mis ojos se desliza sobre su figura, al detallarla me extasío, todo en ella me enloquece, en especial la perfección de sus formas y la delicadeza de su piel.

Le beso el cabello, es lo más cerca que tengo, eso la despierta, levanta el rostro, me mira, sin decirme nada se monta, y me besa entrecerrando los ojos.

LAYLA Y LU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora