"Y para estar total, completa, absolutamente enamorado, hay que tener plena conciencia de que uno también es querido, que uno también inspira amor."
Mario Benedetti.
Estamos solos.
Nuestros Padres están de viaje, se puede decir que de paseo, lo han tomado como una nueva luna de miel, quienes somos nosotros para negarle esa oportunidad.
Tendremos cuatro días para querernos, para amarnos, para adorarnos, para ser al fin la pareja normal que siempre hemos soñado ser, un dúo de enamorados amándose como esposos, como ellos, nuestros padres, como lo vamos hacer ahora los dos.
Estoy sola, lo espero con ansias, con anhelante necesidad, visto una pequeña batica que me transparenta toda, debajo solo llevo una pequeñísima tanga, me he decidido a no ponerme sujetador.
Le he preparado su plato más especial.
Gracias a mi Madre me he convertida en una excelente cocinera, ya conozco cuáles son sus debilidades en sus gustos gastronómicos, los alimentos que más consume, porque aparte de mi cuerpo que es lo que más devora, las pastas son la comida de su predilección.
Se las he preparado como a él tanto le gustan, he comprado vino, he puesto velas, he adornado la casa con flores, expandí aroma de azahares, he oscurecido la estancia dejándola a media luz, he preparado una deliciosa cena, es como si fuera la noche de nuestras nupcias y a fe que lo parece porque es la primera vez que pasaremos tantos días en la casa sin la presencia de ningún, nadie más estará con nosotros, no habrá inoportunos que nos puedan molestar.
No hay nada que nos impida amarnos casi hasta desfallecer por los deseos y las ansias que sentimos el uno por la otra.
— ¡Buenas, mi amor! — el grito es anhelante, ávido
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LAYLA Y LU.
RandomQuieren conocer las pilatunas que a veces nos juega el corazón, bueno pues he aquí una de ella. Esta es una historia simple, sin muchos aspavientos para volverse inolvidable, a veces enamorarse nos vuelve cursis, quien no ha sentido los estropicios...